Ola de calor en Galicia: cómo afecta a nuestro cuerpo y qué podemos hacer para protegernos
Lo hablamos con Noelia Varela, profesional del Servicio de Urgencias del CHUAC

Consejos para hacer frente a las Altas temperaturas
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A Coruña
Las temperaturas han subido en todo el país y, aunque en A Coruña y el noroeste la ola de calor se nota menos, los termómetros alcanzan los 28 grados, según MeteoGalicia. Esta situación se mantendrá, al menos, hasta el domingo.
Para conocer cómo afectan estas altas temperaturas a nuestro cuerpo y qué debemos hacer para cuidarnos, hablamos con Noelia Varela, profesional del Servicio de Urgencias del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña).
¿Cómo afecta el calor a nuestro organismo?
Aunque en Galicia el clima suele ser más templado, las altas temperaturas también pueden provocar problemas de salud graves, como insolaciones o incluso un golpe de calor. “El cuerpo humano no está preparado para soportar estas temperaturas tan altas”, explica Noelia Varela.
Las horas más peligrosas son entre las 12:00 y las 16:00, cuando el sol aprieta con más fuerza. Por ello, es fundamental evitar salir en ese tramo horario, especialmente personas mayores, niños y pacientes con enfermedades neurológicas o que no detectan la sed con facilidad, ya que tienen un mayor riesgo de deshidratación.
Principales síntomas del golpe de calor
Aunque los golpes de calor más graves son menos frecuentes, sí se detectan muchos casos de hipotensión, mareos o síncopes en urgencias durante los días más calurosos. La doctora explica que un golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal supera los 40 ºC por un fallo en el mecanismo de regulación interna, y puede ser potencialmente mortal.
Los síntomas más habituales incluyen:
- Mareo y visión borrosa
- Náuseas y vómitos
- Cansancio generalizado
- Falta de apetito y pérdida de sueño
- Pérdida de conciencia en casos más graves
Qué hacer si nos encontramos mal por el calor
Si después de pasar un tiempo al sol nos empezamos a sentir mal, lo primero es alejarnos de la exposición solar directa. En la playa, por ejemplo, lo recomendable es ir a la sombra o a un chiringuito, quitarse la ropa ajustada y aplicar compresas frías en las axilas o zonas centrales del cuerpo.
Si la persona afectada está consciente, es importante ofrecer agua de forma frecuente. “Nada de bebidas como Coca-Cola o cerveza. Solo agua”, subraya Noelia.
Consejos para evitar riesgos con las altas temperaturas
Estos son algunos de los consejos básicos que todos deberíamos seguir durante los días de calor intenso:
Evitar salir entre las 12:00 y las 16:00
- Llevar siempre agua encima
- Vestir ropa clara, ligera y holgada
- Caminar por la sombra siempre que sea posible
- Cubrir la cabeza con gorra o sombrero
- Hacer ejercicio físico solo a primera hora o al final del día
- Reducir el ritmo diario, especialmente en personas mayores
Los más vulnerables: personas mayores, niños y trabajadores al sol
Además de los grupos de edad extremos, las personas con demencia u otras enfermedades crónicas también necesitan una vigilancia especial. Muchos de ellos no detectan la sed, lo que aumenta el riesgo de deshidratación.
También se ven afectados quienes trabajan al aire libre o practican deporte en las horas centrales del día. "Aunque estén acostumbrados, no es recomendable realizar ejercicio intenso al sol al mediodía", advierte Varela.
El verano más suave no nos exime del riesgo
Este verano comenzó con temperaturas inusualmente bajas, pero la situación ha cambiado en los últimos días. “Cuando suben las temperaturas de golpe, aquí en el noroeste lo notamos más, porque no tenemos la costumbre de evitar salir a mediodía como sí sucede en otras zonas de España”, indica Noelia.
A pesar de que los casos graves como golpes de calor no son muy frecuentes, sí se atienden a diario en urgencias numerosas personas con síntomas derivados del calor.
Sentido común y prevención
El calor no es solo una molestia: puede suponer un riesgo real para la salud. La clave para evitar complicaciones está en la prevención, la hidratación constante y la atención a los más vulnerables. Con pequeños gestos como evitar el sol en las horas críticas, beber agua y llevar ropa adecuada, se pueden evitar situaciones de riesgo innecesarias.




