Se disuelve la sociedad participada por Xunta y Abanca promotora del proyecto de Altri

Lugo

La sociedad Impulsa Galicia participada, principalmente, por la Xunta y Abanca anuncia su disolución. A través de ella se promovió el proyecto de una "fábrica de fibras téxtiles" para Palas de Rei, Altri, que generó una gran contestación social y el rechazo de vecinos de la zona y de toda Galicia.

En un comunicado, Impulsa Galicia indica que su disolución obedece al "cumplimiento de su propósito fundacional" de "contribuir a acelerar la recuperación económica de la comunidad autónoma en el escenario pospandemia" de covid-19.

En el mismo texto se recogen entre sus casos de "éxito" un programa de "gestión sostenible de los bosques", que fue "apoyado por unanimidad en 2022 en el Parlamento de Galicia", iniciativa que califica de "pionera a nivel mundial" y que "abandera" Altri y Greenalia, empresas que formaron la sociedad Greenfiber.

El proyecto Gama de Greenfiber se encuentra "a la espera de obtención de apoyo económico y conexión eléctrica por parte del Gobierno central", señala la disuelta sociedad Impulsa Galicia, que afirma haber dejado "un legado" del que se sienten "orgullosos". La sociedad se disuelve sin haber hecho público el memorándum firmado con el gobierno gallego para impulsar este proyecto.

¿Qué es la sociedad Impulsa?

La citada entidad fue constituida en abril de 2021 por la Xunta con 40 % del capital social, junto a la financiera Abanca con 38 % y a las empresas energética Reganosa (12 %) y de gestión de residuos Sogama (10 %), estas dos últimas participadas a su vez por el Gobierno gallego.

En marzo de 2023, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, junto al artífice de Impulsa Galicia y vicepresidente primero de la Xunta, Francisco Conde, y al presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, acudieron a la Casa de Galicia de Madrid donde invitaron a varios empresarios a presentar su iniciativa, que ahora desaparece en la sombra del verano.

En octubre de 2021, Impulsa Galicia anunció que, tras un proceso internacional de selección, eligió un proyecto de Altri de invertir 800 millones de euros y construir una fábrica para producir unas 200.000 toneladas anuales de fibras textiles -utilizando como materia prima principal madera procedente de los bosques gallegos-, así como entre el doble y el triple de pasta de celulosa.

El proyecto -incluido operación, mantenimiento y logística de todo el proyecto- supondría la creación de 1.500 puestos de trabajo directos más 6.500 indirectos, mientras que la construcción de la factoría emplearía a otros 1.700 profesionales, según afirmó en 2021 Impulsa Galicia.

Sin embargo, la iniciativa ha recibido desde entonces una amplia contestación social, especialmente de asociaciones de la comarca del río Ulla, predominantemente agrícola y ganadera, y de pescadores y la ría de Arousa, una zona productora de marisco y pesca, así como de grupos ecologistas que cuestionan el impacto ambiental y la contaminación del agua y el aire en todo el territorio gallego.

La iniciativa de Altri, a la que se unió la firma gallega de producción de energías alternativas Greenalia, entre cuyos dirigentes figura la exconselleira de Medio Ambiente Beatriz Mato, obtuvo una declaración favorable de impacto ambiental por parte de la Xunta en marzo de este año.

"Puertas giratorias" y "evasión de responsabilidades"

Tras el anuncio de la disolución de la entidad, no han tardado en llegar las primeras reacciones. Desde la plataforma Ulloa Viva Patricia Coucheiro, una de sus portavoces, explica en los micrófonos de Radio Lugo la doble lectura que hacen al respecto.

Por una parte, que se disuelva la principal promotora de Altri en un punto en el que el proceso está estancando en la administración autonómica, consideran "positivo", porque "si lo que iba a promover para Galicia son proyectos extractivos y contaminantes como este, nunca debió existir". Es una muestra más de que "en este punto las cosas se complican" y creen que es "evidente" que la tramitación no está llevando un "cauce harmonioso".

En segundo lugar, es una demostración del "oscurantismo y la confusión que rodean el proceso desde el primer momento". Sospechan de que este movimiento busca "evadir responsabilidades que habría que asumir en un futuro por todo el daño que ya ha causado Altri a la población".