El Mallorca rescata un punto al final

Vigo

Puntuar en Son Moix no es fácil y un empate, a priori, siempre es un buen resultado. Pero cuando tienes el triunfo en el bolsillo, el puntazo pasa a ser un punto amargo. Y esto fue lo que le pasó al Celta. En un partido áspero, táctico, denso, horrible para el espectador neutral, los dos equipos trataron de llevar el partido a su terreno pero sin arriesgar en exceso. O por miedo a perder o por las dudas derivadas del arranque de la temporada. El calor y el césped seco fueron protagonistas también porque complicaron la belleza del partido y que los protagonistas pudiesen proponer más de lo que hicieron.

En una primera parte con apenas un disparo de Ilaix y otro de Mateo Joseph entre los tres palos, los dos equipos buscaron solo un chispazo que les pusiese en ventaja en el marcador. Y lo encontró el Celta en el minuto 37. Manu Fernández, el tercero de la saga que debuta de celeste, busca a Sotelo que rompe líneas. El centrocampista le sumó a su visión de juego el acelerar la jugada. Y esto fue clave; le permitió ganar espacio y buscar un pase de lujo para la carrera de Javi Rueda. El malagueño debutó en la temporada 25-26 de la mejor manera posible: carrera al espacio, le gana la espalda a Mojica y define como un delantero ante Leo Román. Picadita con engaño para marcar su primer gol con el Celta y poner a los de Giráldez en ventaja.

El segundo tiempo tuvo un fútbol más seco que el césped. Los celestes se conformaron con ordenarse, presionar y estar concentrados para no sufrir. Salvo en un par de remates a balón parado de Raíllo y un disparo de Pablo Torre que paró Radu. Y lo que es el fútbol. Tuvo Beltrán el 0-2 en un mano a mano que no fue capaz de finalizar. Se le hizo la carrera hacia Leo Román como dos capítulos de Campeones. Y del 0-2 al 1-1. El césped seco y el exceso de confianza de Marcos Alonso, convirtieron un balón colgado hacia ninguna parte en una preasistencia de gol. Los defensas del Celta lo vieron fuera pero el bote frenó el balón y el pase atrás hacia el punto de penalti, lo convierte Prats con un cabezazo en una asistencia a Mateu. Desajuste en la marca del lateral y gol para empatar. Era el minuto 86.

Ahí cambió el guión. El Celta temió perder el punto y acusó el golpe y el Mallorca lo intentó hasta el final. Lo hizo con mucho corazón, espoleado por el público pero demasiado anárquicamente y con poca elaboración. El Celta supo sufrir atrás y aguantó el punto que no está tan mal.

Empate del Celta que es un buen resultado para el equipo y, seguramente, se valorará mucho más en frío. En caliente, duele que se escapen dos puntos de un pelotazo que paso de ir a ninguna parte a convertirse en gol.

Toca pensar en el Betis el próximo miércoles para ver si puede llegar la primera victoria de la temporada. El técnico de O Porriño volvió a pedir refuerzos, lo hizo en la previa del partido. Veremos si llegan.