"Como los resultados no se ven en una legislatura no interesa": la ciencia reivindica ser escuchada en materia de prevención de incendios
La investigadora Cintia Folgueira pide que se encamine la reforestación de la superficie quemada anticipando el verano que viene

"Como los resultados no se ven en una legislatura no interesa": la ciencia reivindica ser escuchada en materia de prevención de incendios
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Lugo
"Parece que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena": la investigadora Cintia Folgueira recurre al refranero popular para denunciar cómo las instituciones ignoran a la ciencia en materia de prevención de incendios y de recuperación de los ecosistemas quemados.
Una vez estabilizados los grandes incendios que se producían en Galicia durante este mes de agosto, toca pensar en el día después del desastre y trazar un plan de futuro. Folgueira reivindica la importancia de contar con investigadores y científicos antes de tomar las decisiones políticas que van a marcar el futuro de territorio forestal.
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"El ecosistema se va a regenerar", afirma, pero pide que la gestión se haga "con cabeza". "Ahora tenemos el desastre, pero para salir de él hay que tirar de los especialistas, de esos estudios científicos, que son lo que nos va a indicar cómo debe ser esa reforestación", apunta. Habrá que determinar, para evitar que vuelta a repetirse una situación similar, qué especies "se van a utilizar y cuáles no", y sobre todo pensando en "un clima que cada vez es más seco en Galicia y en que no va a ir a mejor".
"Necesitamos esas plantaciones mosaico, una organización y mantener las especies que nos van a ayudar en caso de incendio, priorizar especies autóctonas y limitar otras que son como echarle gasolina al monte", explica. Lo que hay que hacer, asegura, lo saben de sobra. Lo que falta es responsabilidad política: "Ahora que ya ha ocurrido no tenemos forma de volver atrás, pero sí de aprender y de evitar que vuelva a suceder".
"Lo que pasa es que parece que solo nos acordamos de los científicos cuando ya tenemos en problema encima", continúa. Pasó lo mismo, a su entender con la Covid-19: "Sucede que la ciencia avanza despacio y los resultados no se ven en una legislatura, y eso parece que no gusta, pero después cuando pasa la desgracia nos preguntamos: ¿y si hubiéramos hecho aquello?". Esto, asegura, es un sentimiento que comparten investigadores "de cualquier área".
Un incendio no termina cuando se apaga el fuego
Tras el fuego, en el monte queda, sobre todo ceniza. La lluvia, que cuando los incendios permanecen activos es la mejor aliada, se convierte, al mezclarse con ella, en un problema. "Esas cenizas van a ser arrastradas por las precipitaciones y pueden acabar, por ejemplo, en embalses y provocar problemas de potabilización del agua", explica Cintia Folgueira.
Si llega a cauces fluviales provoca que el agua se espese y se enturbie, por eso es importante "intentar limpiarla lo antes posible". Una de las soluciones más eficaces es "conducirla a través de torrentes" para evitar que termine en lugares donde pueda generar problemas, como puntos de captación de agua para el consumo.
El duelo ecológico
La investigadora llama también la atención sobre la afectación psicológica que tiene sobre un grupo considerable de la población haber vivido la cercanía de un incendio de gran magnitud. "Muchísimas personas han vivido una experiencia muy traumática, han vivido situaciones de mucho estrés como tener que evacuar tu casa o que se queme completamente", apunta. También, "ver el paisaje que has visto toda tu vida calcinado tiene un impacto bestial".
Señala que la Organización Mundial de la Salud tiene un término para referirse al proceso de recuperar la estabilidad emocional tras un suceso así: "Es el duelo ecológico". Este, asegura, también será otro de los problemas que habrá que enfrentar de la mano de los expertos.




