El Celta madura como visitante

Vigo

El Celta arrancó la temporada 25-26 como visitante logrando un punto en Mallorca. Un empate que supo amargo porque, en el minuto 86, tenía más que controlado el partido y apenas sufría. Iba ganando 0-1 y parecía que el triunfo estaba en el bolsillo. Tuvo Beltrán el 0-2, pero se le hizo de noche. Y en un exceso de confianza de la defensa en una pelota colgada, después de varios toques dentro del área, el Mallorca sacó un empate casi de la nada. De ahí que el empate sepa menos bien de lo que supone comenzar puntuando como visitante.

Uno de los principales problemas que tenía el Celta de Giráldez desde su llegada fue como visitante. Muy fuerte en casa, pero le costaba puntuar fuera por su osadía y, en muchos momentos, falta de experiencia. Y eso que comenzó su etapa como entrenador del Celta con victoria 1-2 en el Pizjuán. Pero desde la mitad de la temporada pasada, el equipo cambió el chip, supo sufrir y ahí se cimentó también el crecimiento del Celta. Desde enero de 2025, los de Giráldez fueron capaces de afrontar los choques como visitantes con intensidad, minimizando errores y no bajando la guardia que le había costado tan caro al Celta.

Comenzó con un buen punto en Mendizorroza ante un rival directo por la permanencia. Después se perdía por la mínima en Mestalla (2-1) y se lograba un puntazo en el Metropolitano (1-1). Un partido muy similar al de Mallorca porque el Celta fue ganando todo el partido hasta que, un despiste en el 87, le permitió a Sorlot empatar el choque. Tenía otra salida consecutiva a Montilivi y el Celta volvía a puntuar (2-2). La pena fue que iba ganando 1-2 y le empataron en el minuto 83 de un despiste de Pablo Durán dejando a Yangel Herrera rematar solo en un córner. Pero fue un buen empate del Celta.

Faltaba cerrar los partidos de mejor forma y el equipo de Giráldez lo logró en las dos siguientes salidas: victoria 0-1 en Pucela y triunfo 1-2 en Mallorca. Dos triunfos de muchos quilates ante un equipo que se jugaba la vida y ante un rival directo en la lucha por Europa. Hacía 19 años que el Celta no ganaba en Son Moix. Después llegaron las derrotas por la mínima 4-3 en Montjuic y 3-2 en el Bernabéu. En ambos partidos el Celta pudo puntuar, sobre todo contra el Barcelona porque iba ganando el partido 1-3. Un fallo ingenuo de Yoel Lago en el 98 acabó en penalti y gol de los culés para el 4-3.

El Celta retomó la senda del triunfo y de las buenas sensaciones en Anoeta ganando 0-1 con gol de Alfon y en Getafe con el histórico triunfo que nos metió en Europa (1-2) en la última jornada. Los de Giráldez han demostrado su proceso de maduración fuera de casa y que son un visitante incómodo para cualquier rival. Solamente 3 derrotas en las últimas 11 salidas, las tres por la mínima y con méritos para haber conseguido algo más. Después 4 victorias y 4 empates si contamos el arranque de esta Liga 25-26.

Siempre se ha hablado del espectacular rendimiento del Celta como local y se veía de otra forma al Celta visitante. Ahora, con los números encima de la mesa, se puede comprobar cómo este equipo es uno de los mejores visitantes del 2025. La cosa ha empezado bien con un primer punto y una casi victoria. Quedan 18 salidas más.