Los bomberos coruñeses luchan contra el fuego en Galicia: “Lo más duro es ver el paisaje negro”
La Xunta pide de nuevo el apoyo a los bomberos del Consorcio Provincial de A Coruña para la extinción de incendios

Suso Vidal, bombero de A Coruña
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A Coruña
La Xunta de Galicia ha vuelto a solicitar el apoyo de los bomberos del Consorcio Provincial de A Coruña mientras siguen los incendios, ahora sobre todo en el sur de la provincia de Lugo, donde se mantienen activos los focos de Quiroga y A Pobra do Brollón, con riesgo para núcleos de población. Es ahí a donde se han desplazado 8 bomberos, en dos. La petición, que se produjo a última hora de la tarde de ayer, llega una semana después de que la Xunta ordenase la retirada de los efectivos de los parques comarcales, cosa que generó indignación entre los bomberos.
Se han desplazado hasta Quiroga con dos vehículos con capacidad para 8.000 litros de agua cada uno y dos vehículos de mando.Desde A Coruña han acudido a colaborar en la extinción del incendio de Quiroga 6 bomberos del parque de Agrela provistos de un vehículo mando, un nodriza y 1 vehículo forestal.
Protección de núcleos rurales en Lugo
Suso Vidal, bombero del parque coruñés, explicó en el programa Hoy por Hoy A Coruña que su misión se centró en la protección del núcleo rural de A Cova, situado entre Quiroga y Pobra do Brollón. “Lo que hicimos fue básicamente proteger un núcleo rural para que el fuego no saltara el cortafuegos. Al ser bomberos urbanos, normalmente se nos encomienda salvaguardar viviendas, polígonos o zonas habitadas”, señaló.
Según Vidal, los incendios en Lugo estaban más localizados que los registrados en las últimas semanas en la provincia de Ourense, aunque el peligro para las aldeas seguía siendo real.
Extinción en colaboración con vecinos y parques comarcales
La intervención nocturna finalizó con éxito. El incendio que amenazaba las viviendas fue controlado sobre las siete de la mañana, cuando las llamas se encontraban a menos de 20 metros de las primeras casas. La actuación se desarrolló con el apoyo de los vecinos y de los parques comarcales de Sarria y Monforte, logrando extinguir el foco principal.
Una vez asegurada la zona encomendada, el puesto de mando avanzado comunicó que había efectivos suficientes para el resto de frentes, por lo que el equipo coruñés regresó a primera hora de la mañana.
La dureza de los incendios en Ourense
Durante la entrevista, el bombero recordó la dureza de los incendios de Ourense, mucho más extensos y difíciles de contener. Explicó que, en ocasiones, la orden de retirada de efectivos generó impotencia entre los bomberos: “Nos duele bastante ver este tipo de situaciones y no poder hacer nada, aunque siempre estamos dispuestos a volver si nos llaman”.
Cansancio emocional, más que físico
Vidal reconoció que el cuerpo de bomberos no sufre tanto en lo físico gracias a los relevos entre equipos, sino en lo emocional, al ver los efectos devastadores del fuego: “Estar en el cañón de Ezequiel y verlo completamente negro por la mañana es bastante triste”. Añadió que este es, probablemente, el peor año de incendios forestales en Galicia que recuerda.
Esperanza en la lluvia
Aunque las previsiones meteorológicas anuncian lluvias en Galicia, en las zonas afectadas por los incendios las temperaturas nocturnas siguen siendo elevadas, con registros de 25 grados que complican la extinción total de los fuegos. Aun así, cualquier precipitación podría ayudar a estabilizar los focos.
La labor de los bomberos de A Coruña en los incendios de Lugo refleja la importancia de la colaboración entre cuerpos de emergencia y la ciudadanía en la lucha contra los incendios forestales. El deseo compartido por todos es que no sea necesario un nuevo desplazamiento, lo que significaría que los fuegos están bajo control.




