A Coruña Opina: ¿llegará por fin el tren de cercanías a Galicia?

A Coruña

El tren de cercanías en Galicia vuelve a estar en el centro del debate público. La expectación era alta tras la comparecencia del ministro de Transportes, Óscar Puente, en el Congreso, donde se esperaba la presentación de conclusiones sobre el estudio encargado por el Gobierno. Sin embargo, el anuncio se limitó a señalar cuatro áreas gallegas susceptibles de implantar este servicio, entre ellas la coruñesa, sin detalles ni plazos concretos.

En este contexto, A Coruña Opina, reunió a representantes políticos y sociales que coincidieron en lo esencial: la necesidad de que Galicia deje de ser la única comunidad del Estado sin cercanías.

Una solución para la movilidad metropolitana

Uno de los ejes del debate fue la congestión diaria en accesos como Alfonso Molina o el puente Pasaxe. El alcalde de Culleredo, José Ramón Riobóo, defendió que el cercanías sería “una alternativa real para miles de desplazamientos cotidianos” y una forma de reducir la saturación que sufre el área coruñesa.

El regidor pidió que el tren no compita con el transporte metropolitano por carretera, sino que lo complemente, y planteó incluso la creación de una tarjeta única para facilitar la movilidad. “Si existe voluntad política y financiación, estamos ante una puerta a la esperanza”, apuntó Riobóo.

Betanzos y el reto de incluir a toda la comarca

La portavoz del Partido Popular en Betanzos, Cecilia Vázquez, recalcó que su municipio “no puede quedar fuera” del futuro corredor ferroviario. Recordó que Betanzos dispone de dos estaciones en mal estado y con un servicio claramente insuficiente.

“Para nosotros sería una oportunidad histórica”, señaló, recordando que la comarca suma cerca de 50.000 habitantes que se desplazan diariamente a A Coruña. “Es increíble que un tren tarde 44 minutos en recorrer 23 kilómetros entre Betanzos y A Coruña. Necesitamos frecuencias competitivas para que el servicio sea útil”.

El potencial de la red existente

El portavoz de la Plataforma pola Defensa do Tren A Coruña e As Mariñas, Alberto Díaz, fue el más crítico con la situación actual. “Si no hay trenes adecuados y horarios competitivos, no habrá usuarios”, advirtió.

Díaz recordó que líneas como A Coruña–Ferrol o A Coruña–Lugo han quedado reducidas a un tren por sentido al día, lo que las hace inviables para la ciudadanía. Propuso aprovechar la infraestructura existente con apeaderos en San Diego, la Universidad, Pocomaco o Los Castros, de forma que el cercanías se convierta en una red circular capaz de vertebrar todo el entorno metropolitano.

El encaje en el eje atlántico y la política estatal

La mirada internacional vino de la mano del secretario general del Eixo Atlántico, Xoán Vázquez Mao, quien defendió que “A Coruña debe mirar hacia Oporto y Lisboa” para no quedarse al margen de la fachada atlántica ibérica. Para él, las conexiones internacionales serían estratégicas para puertos, aeropuertos y centros tecnológicos de Galicia y el norte de Portugal.

En el plano político, el diputado del BNG, Néstor Rego, recordó que el estudio del cercanías fue fruto de un acuerdo en el Congreso y que deberá estar finalizado antes de que termine el año. “Estamos hablando de corregir una discriminación histórica. Galicia es la única comunidad con áreas urbanas de más de medio millón de habitantes que carece de cercanías”, recalcó.

Expectativas y reivindicaciones

El debate evidenció coincidencias: todos los participantes reconocieron que el área metropolitana de A Coruña tiene el potencial de usuarios, la infraestructura básica y la urgencia de soluciones de movilidad. Pero también persiste el escepticismo tras décadas de anuncios incumplidos y proyectos estancados, como el bypass de Betanzos.

“Es el momento de transformar el tren da ría en un auténtico tren de cercanías que sirva a toda la comarca”, concluyó Riobóo. “No podemos seguir esperando mientras otras comunidades disfrutan de un servicio que aquí se nos niega”, añadió Rego.

La otra mirada: los trenes en Japón

A Coruña Opina se cerró con un contraste internacional. El periodista Javi Torres relató su experiencia reciente en Japón, donde viajó en el famoso Shinkansen. Allí, los retrasos de un minuto se anuncian como incidencias graves y los viajeros acceden a los trenes con un orden milimétrico.

“Recorrimos 818 kilómetros en cuatro horas, con absoluta puntualidad. Es una demostración de que otra movilidad es posible”, explicó. Torres también destacó que las estaciones funcionan como grandes centros comerciales y que los abonos facilitan el uso de toda la red de alta velocidad.

Su testimonio sirvió de cierre al debate: Galicia sigue esperando su primer tren de cercanías, mientras en otros países el ferrocarril se consolida como la espina dorsal de la movilidad cotidiana.