La insoportable levedad del gol

Vigo

El Celta tiene números contradictorios. De sus malos números como local con solamente 3 puntos de 12 disputados en Balaídos, a sus mejores registros como visitante en donde ha puntuado en los dos partidos y pudo ganar los dos. En casa no ha sido capaz de estar ni un minuto por delante en el marcador, fuera de casa sí. Tanto en Mallorca como en Vallecas se puso por delante y afianzó su racha fuera de Balaídos en donde se está convirtiendo en un equipo solvente y complicado.

Pero si algo extraña o es digno de análisis del Celta en este arranque de temporada es su relación con el gol. La mala noticia es que los de Giráldez necesitan más de un gol para poder optar a ganar un partido. Por ahora, no han conseguido superar esa cifra de un gol y, por tanto, no han sido capaces de sumar los tres puntos. La buena noticia es que, para ganarle al Celta, los rivales también necesitan dos goles. Solamente el Getafe lo consiguió en Balaídos.

El Celta ha encajado en todos sus partidos pero la cifra es controlada: 7 goles en 6 partidos. Nada que ver con los descosidos del arranque de la pasada campaña. El problema lo tiene de cara a la puerta rival. Solamente ha marcado 5 goles en 6 partidos, es decir, una media de 0,83333 goles por encuentro. El problema no es ya que no supere la media pírrica de un gol por partido; tampoco que Borja Iglesias lleve el 60% de los goles del equipo. El hándicap radica en el cómo los ha conseguido marcar.

Y es que el Celta se quedó secó contra el Getafe en su debut y tampoco gozó de excesivas ocasiones de gol. Tampoco en Mallorca tuvo demasiadas opciones de gol pero si estuvo acertado Javi Rueda en una contra letal del equipo. Contra el Betis, de un córner sin consecuencias, se pasó a un disparo desde la frontal con la zurda de Hugo Álvarez que se le coló al portero por debajo de las piernas. Contra el Villarreal, el gol llegó en la última jugada del partido, a la desesperada, con una colgada de Manu, peinada de Rueda y gol de Borja de cabeza. Contra el Girona también casi en la penúltima jugada del partido de penalti. Y ayer, en Vallecas, el gol llega en un tan afortunadísimo como casi involuntario remate a balón parado con el muslo de Borja.

Además de la falta de puntería y de acierto, le está costando generar ocasiones claras al Celta en esta temporada en la que Iago Aspas todavía no ha aparecido para ser decisivo. A Bryan todavía comenzamos a verle ayer como un factor determinante y el centro del campo no ayuda demasiado a la hora de generar. También el deficitario rendimiento de Williot, Hugo Álvarez o Pablo Durán en este arranque no ayuda a la hora de generar peligro o de meter miedo a las defensas rivales. Solamente Borja Iglesias está teniendo el acierto y la regularidad. Jutglá es cierto que va a más pero todavía sin pizca de fortuna de cara al gol.

Y también se nota la ausencia de un jugador total como Fer López, capaz de asumir responsabilidades en la elaboración, tener la capacidad de romper la espalda del doble pivote rival, tener ese último pase y llegada. El Celta adolece de un perfil así. Lo tuvo con Brais, lo tuvo con Gabri y lo tuvo con Fer López. Ahora está viudo en esa posición con Aspas en 38 años.