El Molino de A Gramela: historia, memoria y arte en el barrio de Agra do Orzán
La librería Galgo Azul ha puesto en marcha un proyecto para recuperar la memoria del Molino de A Gramela
A Coruña
La librería Galgo Azul, situada en el Agra do Orzán, ha puesto en marcha un proyecto comunitario para recuperar la memoria del histórico Molino de A Gramela, una construcción que formó parte del paisaje del barrio durante más de dos siglos. La iniciativa arranca con un Taller de Memoria abierto a los vecinos, con entrada libre, que busca rescatar recuerdos, fotografías y vivencias en torno a este símbolo desaparecido.
El origen del molino de viento
El Molino de A Gramela fue levantado a finales del siglo XVIII y funcionó durante más de 200 años como parte esencial de la vida cotidiana del barrio. En él se molía grano y se horneaban las tradicionales galletas marineras. Aunque quedó inactivo a mediados del siglo XIX, su estructura se mantuvo en pie hasta la década de 1980, cuando fue desmontado por considerarse un obstáculo urbanístico.
El rastro del molino tras su desaparición
Tras su desmontaje, las piedras del molino fueron trasladadas inicialmente al Parque de Santa Margarita. Posteriormente, hace unos diez años, sus restos pasaron a un almacén municipal. Aunque desapareció físicamente, el molino se mantiene vivo en la memoria de los vecinos y ahora vuelve a cobrar protagonismo gracias a este proyecto cultural y comunitario.
Picasso y el Molino de A Gramela
Un detalle que da aún más valor histórico al molino es su vínculo con Pablo Picasso. Cuando el pintor vivió en A Coruña, con apenas 13 años, realizó un pequeño óleo sobre tabla donde representaba un molino de viento. Durante años se creyó que se trataba del de Santa Margarita, pero estudios recientes confirmaron que en realidad se trataba del Molino de A Gramela. Este hallazgo ha servido como punto de partida para reactivar la memoria colectiva en torno a este lugar emblemático.
Testimonios y memoria vecinal
El proyecto de Galgo Azul ha generado gran interés en el barrio. Vecinos que crecieron junto al molino recuerdan cómo formaba parte de su vida diaria: algunos pasaban junto a él camino al colegio o al trabajo, y otros lo asocian con juegos infantiles en sus inmediaciones. Incluso se han rescatado fotografías familiares de la década de los 80 donde el molino aparece como telón de fondo.
Actividades en torno al Molino de A Gramela
La programación diseñada por Galgo Azul se extenderá hasta diciembre e incluirá:
- Tres Talleres de Memoria (septiembre, octubre y noviembre).
- Creación de murales artísticos inspirados en el molino y en la obra de Picasso.
- Exposición itinerante con fotografías y recuerdos aportados por los vecinos.
- Intervenciones poéticas en panaderías del barrio.
- Espectáculos, faladoiros y charlas con especialistas en historia local y en los molinos tradicionales.
Un patrimonio común recuperado
Para Leonardo Casado, uno de los propietarios de Galgo Azul, el proyecto busca “trabajar con la memoria social del barrio, crear un espacio intergeneracional y multicultural donde mayores y nuevos vecinos puedan encontrarse y compartir historias”.
El Molino de A Gramela desapareció del paisaje urbano, pero gracias a esta iniciativa vuelve a estar presente en la vida del barrio como un patrimonio simbólico y comunitario, recuperado a través de la cultura, el arte y la memoria compartida.
