Se acaba el Verano Joven de Renfe: los billetes de tren triplican su precio
El fin del bono Verano Joven obliga a los jóvenes gallegos a reducir sus viajes en tren
Elena Laiz, usuaria de Verano Joven de Renfe
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
A Coruña
El programa Verano Joven de Renfe, que permitía a los menores de 30 años viajar en tren con grandes descuentos, ha llegado a su fin. Durante los últimos meses, miles de jóvenes gallegos aprovecharon esta iniciativa para desplazarse entre ciudades como A Coruña, Santiago, Vigo o Ourense, con precios reducidos que facilitaron tanto los viajes de ocio como los desplazamientos laborales.
De pagar céntimos a triplicar el coste del billete
El contraste de precios es uno de los factores que más se está notando tras la finalización del bono. Elena Laiz, una de las usuarias frecuentes del tren en Galicia, lo resume con claridad:
“Un trayecto A Coruña – Santiago me salía por 0,75 céntimos con el bono Verano Joven. Ahora, con las nuevas tarifas, el coste se multiplica: con un bono de 10 viajes son unos 2,7 euros por trayecto, y con el bono mensual hablamos de 45 euros al mes”.
Este incremento supone un cambio drástico para quienes utilizaban el tren varias veces por semana. “Antes, con las bonificaciones, podía permitirme hasta cuatro trayectos semanales. Ahora me lo pienso mucho más. Incluso para ocio ya se convierte en un gasto elevado”, añade Elena.
El impacto en los desplazamientos habituales
Muchos jóvenes gallegos combinan el teletrabajo con la asistencia presencial a oficinas y universidades en Santiago o A Coruña. Con los nuevos precios, la posibilidad de viajar con la misma frecuencia se ve muy limitada.
“Si tuviera que ir todos los días a Santiago, casi no me saldría rentable vivir en A Coruña. El gasto mensual en transporte sería demasiado alto, y eso hace que incluso uno se plantee cambiar de ciudad”, reflexiona Elena.
Alternativas poco rentables
El fin del bono Verano Joven también ha abierto el debate sobre las alternativas de transporte. El coche supone un gasto mayor y no todos disponen de él. El autobús, aunque más barato, implica el doble de tiempo de viaje en algunos trayectos, lo que lo convierte en una opción poco atractiva.
“Yo no tengo coche y el bus, aunque puede ser más económico, no me compensa por las horas perdidas. Lo que hago ahora es reducir los días que voy a la oficina, pero claramente me he visto afectada por el cambio”, apunta la usuaria.
¿Nos hemos malacostumbrado a los viajes gratis?
La gran pregunta que queda en el aire es si los usuarios se habituaron demasiado rápido a los precios reducidos. Elena cree que no se trata de un capricho, sino de una necesidad:
“Quizás nos malacostumbramos un poco, sí, pero eran bonificaciones justificables. Para muchos jóvenes, trabajar en la misma ciudad donde vives no siempre es posible. Los bonos nos ayudaban a asumir los gastos de transporte, que ahora vuelven a ser una carga importante”.
Un futuro con billetes más caros
Con la vuelta a las tarifas normales, viajar en tren entre las principales ciudades gallegas puede suponer hasta 120 euros en tres meses, una cifra difícil de sostener para estudiantes y trabajadores jóvenes. Lo que antes era un incentivo para favorecer la movilidad ahora se convierte en una barrera económica.
El fin del bono Verano Joven de Renfe marca, por tanto, un antes y un después en los hábitos de viaje de la juventud gallega, que deberá reorganizar su día a día para adaptarse al nuevo coste del transporte.
