El PP consuma su estrategia y coloca a Mariola Sampedro como nueva alcaldesa de Ribeira con el apoyo de tres independientes
La nueva regidora, que promete “unidade”, aseguró que los tres concejales del PBBI “terán responsabilidades” en el nuevo gobierno que se cerrará a lo largo de esta semana


Se preveía intenso y agotador. Así fue. Ribeira estaba llamada a vivir un pleno extraordinario histórico para debatir una moción de censura contra Luis Pérez Barral, alcalde del BNG. Sin novedad en el guión, Mariola Sampedro se convirtió pasadas las 14:20 h. de este lunes en la nueva alcaldesa de la capital del Barbanza, la primera mujer con este cargo en la localidad, gracias a los diez votos de su grupo municipal y los tres de los concejales del PBBI que apoyaron este pacto de investidura: Vicente Mariño, Herminia Pouso y Fernando Abraldes.
El tablero político actual deja ver las costuras rotas del Partido Barbanza Independiente (PBBI) tras ser abandonado por dos de sus concejales, ahora no adscritos, que no respaldaron esta moción de censura. Ellos son Tania Redondo y Juan Luis Furones que ya en su día denunciaron presiones para “bailar al son” del PP. Ambos votaron en contra de esta moción, circunstancia que no impidió que la operación no saliese adelante ya que los populares superaron en dos los apoyos que les hacía falta: obtuvieron 13 y la mayoría son 11. Con la de Ribeira ya van tres mociones de censura en lo que llevamos de año en el norte de la Ría de Arousa y Ría de Muros después de Outes y Noia.
Bochorno, traidores, dignidad… fueron tres de las muchas palabras que se repitieron hasta la saciedad por quienes siguieron el pleno desde el patio de butacas del antiguo Auditorio ribeirense. Según la Policía Local accedieron 500 personas; 300 sentadas y 200 de pie en los laterales del edificio. Entre ese público se vieron caras conocidas de la política gallega como Paula Prado, Gonzalo Trenor, Julio Comesaña, Alberto Pazos Couñago, Raúl Santamaría o Diego Calvo del PP y Rosana Pérez o Néstor Rego del BNG. También estaba el ex alcalde de Ribeira y ahora senador Manuel Ruiz.
En su discurso, la nueva alcaldesa Mariola Sampedro prometió “unidade” política que, según ella, había perdido Ribeira desde que llegó Barral a la alcaldía. “Ribeira merece un cambio e non estou aquí por ambicións persoais senon porque creo que o meu pobo merece un compromiso maior”. Por su parte, el regidor saliente, Luis Pérez Barral acusó a los firmantes de este pacto de ser “uns corruptos sen obxetivos políticos buscando só o seu interese persoal. Representan o peor da política. O PP pretende devolver a Ribeira ao pasado, aos anos escuros dun concello que estaba a crecer en tódolos sentidos”, manifestó. Minutos más tarde y a preguntas de los medios de comunicación explicó que su tarea en la oposición ahora pasará por “fiscalizar todo o traballo do PP e fareino con máis forza que nunca”.
El PBBI, por boca de su portavoz Mariño de Bricio, acusó al BNG de ser los responsables de no cumplir con lo pactado en su día porque “quisieron hacer del Ayuntamiento su casa particular. Carecen ustedes de consenso, diálogo y transparencia”, le espetó a los nacionalistas con quienes hasta hace unos días formaba equipo de gobierno.
Gritos, insultos, expulsiones (y exceso de réplica)
Tomarse café esta mañana en el centro de la ciudad era meterse de lleno en una tertulia de temática única: la moción de censura. Madrugar no fue tarea lastimosa para una mujer de avanzada edad que a las 8 de la mañana, con su silla bajo el brazo, se postró ante la puerta del antiguo Auditorio para ver in situ el “show político” del año en O Barbanza. Ella venía a apoyar a su “queridiña Mariola”. La cola, a una hora del inicio del pleno, bordeaba la fachada principal del edifico donde en su interior, los funcionarios que allí trabajan, olvidaron por varias horas sus tareas para seguir la sesión en “streaming” desde sus ordenadores. A su favor, era imposible concentrarse con aquella “feria” de fondo.
Las llegadas de los grupos políticos al pleno fueron como quien recibe las comitivas del Barcelona o al Real Madrid de fútbol. Difícil fue diferenciar los abucheos o los gritos de “alcaldesa, alcaldesa…” cuando entró Mariola Sampedro o de “alcalde, alcalde…” cuando hizo lo propio Luis Pérez Barral. Vicente Mariño tuvo que escuchar de todo: gritos como “Pinocho”, “tes que enseñar todos os cartos que levas carghados nese maletín”, “traidor” o “sinvergüenza”.
Tras dos horas y media de debate con un calor asfixiante, turnos de réplica innecesarios y vacíos de contenido, expulsiones del local de sobresaltados y hasta un ataque de ansiedad entre el público, Mariola elevó sobre el escenario el bastón de mando que le entregó su “rival” del BNG. La política es así. En los próximos días conoceremos la configuración del nuevo gobierno local.




