Arquitectura y ciudad: cómo recuperar la esencia de María Pita sin renunciar a sus terrazas
El modelo de toldos móviles podría marcar un nuevo rumbo en la gestión de plazas históricas
A Coruña Opina: Las terrazas de María Pita, con Nuria Prieto, arquitecta
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A Coruña
En A Coruña Opina, se ha debatido ampliamente sobre el borrador de la nueva ordenanza de terrazas del Ayuntamiento de A Coruña. En medio de este proceso, ha vuelto al centro del debate uno de los temas más comentados en los últimos años: las terrazas en la Plaza de María Pita, el espacio más emblemático de la ciudad herculina. La propuesta municipal de instalar toldos móviles como alternativa a las estructuras actuales ha despertado tanto curiosidad como expectación entre vecinos y hosteleros.
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El origen de la polémica: una plaza icónica con identidad propia
Las terrazas metálicas instaladas en la plaza suscitaron una fuerte controversia desde el primer momento. Su aspecto robusto y su impacto visual chocaban con la estética ecléctica del Palacio Municipal y las fachadas homogéneas que conforman la plaza mayor de A Coruña.
Según la arquitecta María Prieto, “las plazas mayores de las ciudades siempre son elementos polémicos, porque son lugares de encuentro y de identidad colectiva. Cualquier modificación —ya sea colocar o retirar elementos— genera debate”.
La profesional destaca que, en el caso de María Pita, “las estructuras metálicas pretendían ser ligeras, pero acabaron siendo pesadas tanto visual como constructivamente”. Esta sobrecarga estética rompía la armonía del conjunto histórico.
Una intervención difícil en un espacio protegido
Actuar sobre una plaza con tanto valor simbólico y arquitectónico nunca es tarea sencilla. Prieto recuerda que “intervenir en una plaza mayor, como María Pita, Salamanca o la Piazza Navona de Roma, siempre resulta complicado”.
Cualquier elemento permanente altera una estética que ha perdurado durante generaciones: “La plaza de María Pita terminó de construirse en la década de 1930 y su imagen ha permanecido prácticamente intacta desde entonces”.
Por eso, las intervenciones efímeras —como los mercados de Navidad o eventos temporales— suelen tener mejor aceptación. “Funcionan porque sabemos que son temporales”, explica Prieto, “pero cuando algo se instala de forma prolongada, se percibe como una alteración permanente de la plaza”.
Toldos móviles: una solución ligera y respetuosa
Ante este contexto, el Ayuntamiento de A Coruña propone una alternativa más equilibrada: toldos móviles para las terrazas de María Pita.
Para la arquitecta, se trata de “la mejor solución posible dentro de lo que supone crear espacios de sombra y resguardo en un entorno patrimonial”.
Este tipo de sistemas, comunes en ciudades como San Sebastián o en muchas plazas italianas, permiten adaptarse al clima y conservar la vista de las arquerías y fachadas. “Los toldos móviles pueden retirarse fácilmente ante un temporal o cuando no se utilizan, algo fundamental en un clima como el coruñés”, señala Prieto.
Además, aportan ligereza visual y un carácter más cercano y doméstico al espacio público: “Las plazas deben ser lugares cómodos, como una sala de estar al aire libre. Los materiales y colores deben acompañar esa sensación de cercanía”.
Color, estética y armonía con el entorno
El uso del color será otro aspecto importante. Galicia cuenta con una carta de colores oficial para intervenciones urbanas, que suele apostar por tonos neutros y coherentes con el entorno. En María Pita, esto podría traducirse en toldos de tonos crema o grises, en consonancia con las fachadas y el pavimento.
Aunque algunas ciudades apuestan por toldos icónicos —como los rojos y blancos de París o los coloridos de Venecia—, Prieto cree que en A Coruña se debería optar por una estética conservadora y elegante: “Quizás en el futuro la ciudad pueda desarrollar su propio patrón cromático distintivo, pero hoy lo lógico es mantener la coherencia con el entorno”.
Una plaza viva, sin perder su esencia
El reto, en definitiva, es mantener viva la Plaza de María Pita sin sacrificar su identidad arquitectónica. Los toldos móviles ofrecen una fórmula flexible, moderna y respetuosa con la historia del espacio.
Una solución que, según los expertos, “puede devolver la vida cotidiana a la plaza sin alterar su alma”.
