Cambio de hora en España: ¿tiene sentido seguir ajustando el reloj cada seis meses?
Jorge Mira aclara por qué seguir ajustando el reloj dos veces al año sigue teniendo sentido

Jorge Mira nos da su visión sobre el cambio de hora en España
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A Coruña
Cada mes de octubre y marzo surge el mismo dilema: ¿tiene sentido seguir cambiando la hora? Este 25 de octubre, coincidiendo con el cambio de estación, el debate vuelve a estar sobre la mesa.
Incluso el presidente del Gobierno ha pedido eliminar el cambio horario, argumentando razones de salud, eficiencia y sentido común. Pero, ¿qué dice la ciencia?
La voz de la ciencia: Jorge Mira, físico de la USC
Para entender las implicaciones de vivir con un horario fijo durante todo el año, conversamos con Jorge Mira, catedrático de electromagnetismo en la Universidad de Santiago de Compostela y una de las voces más reconocidas en el debate sobre los usos horarios en España.
Según Mira, mantener un horario único durante todo el año solo tendría sentido si viviésemos en un país sin estaciones marcadas, como Kenia, donde el sol sale y se pone prácticamente a la misma hora todos los días.
En cambio, en Galicia, el sol puede salir hasta tres horas y cuarto antes en verano que en invierno, y ponerse igual de tarde. Esto, explica el científico, hace imposible mantener un horario fijo sin alterar profundamente nuestros hábitos y rutinas diarias.
“Cualquier forma de vida diurna en esta latitud se ve obligada a adaptarse a los cambios estacionales de luz. Por eso, el cambio de hora no es un capricho, sino una necesidad”, asegura Mira.
¿Horario de verano o de invierno para Galicia?
Al preguntarle cuál sería el horario más adecuado para Galicia, Jorge Mira responde con una metáfora:
“Es como preguntar cuál es la ropa ideal para todo el año: ¿bermudas o abrigo? En verano bermudas, en invierno abrigo. Aquí no hay una solución única”.
Así, el científico insiste en que las estaciones marcan la necesidad de adaptación. Mantener un solo horario sería tan absurdo como pretender tener el mismo clima todo el año.
El error de confundir el huso horario con la escala solar
Uno de los puntos más malinterpretados en el debate público, explica Mira, es el del huso horario.
Algunas voces sugieren que Galicia debería adoptar el horario de Greenwich (GMT), más acorde con su posición geográfica. Pero el físico desmonta este argumento con claridad:
“El huso horario es solo una escala, un número de referencia. Cambiarlo no alteraría la realidad solar. Es como cambiar la escala de un termómetro: si tienes 40 grados en Sevilla, cambiar la escala no hace que tengas menos calor”.
Por tanto, el problema no está en el número que marca el reloj, sino en cómo adaptamos ese número a las condiciones naturales de luz.
¿Cuándo debería hacerse el cambio de hora?
Según el catedrático, el momento ideal para realizar el cambio de hora sería en los equinoccios (primavera y otoño), cuando la variación del sol es más rápida.
El hecho de que actualmente se haga a finales de octubre —y no de septiembre— responde a una decisión política y cultural, influida por países como el Reino Unido y su tradición con Halloween.
Aun así, estas diferencias son menores. “Son cuestiones de segunda orden”, apunta Mira. “Lo esencial es que vivimos en una parte del planeta con estaciones, y eso exige un cambio estacional de hora”.
La realidad gallega: del sol de Kenia al de la Antártida
Para comprender la magnitud del cambio solar en Galicia, el científico ofrece una comparación sorprendente:
“En verano recibimos más sol que en el centro de Kenia, y en invierno, menos que en la costa de la Antártida”.
Esta variación extrema en la luz solar demuestra por qué no puede existir un horario fijo que se ajuste a la vida cotidiana en latitudes como la nuestra.
Seguir cambiando el reloj tiene sentido
Aunque muchos desearían olvidarse del reloj y mantener un solo horario todo el año, la ciencia es clara: el cambio horario sigue siendo necesario en países con estaciones marcadas como España.
Adaptar nuestros relojes al ciclo solar es, según Jorge Mira, una cuestión de coherencia natural más que de costumbre.
Así que, un año más, cuando llegue el 25 de octubre, volveremos a mover las agujas… y con razón.




