Florian Maurice, el arquitecto del nuevo Niza

Vigo

El OGC Niza tuvo muy claro en el verano del 2024 que necesitaba hacer un giro radical en su política deportiva. Atrás quedaban deficitarios años de descomunales y desproporcionadas inversiones. En la campaña 21-22, el Niza invirtió por encima de los 65 millones de euros en fichajes y apenas ingresó por ventas 26. En la temporada siguiente, la cifra de gasto se elevó hasta los 83 millones de euros y los ingresos por ventas fueron de 49. En la campaña 23-24, justo la anterior a la llegada del nuevo director deportivo, el club solo recaudó 18 millones de euros y se gastó 52.

Por eso lo primero que necesitaba el OGC Niza era alguien que fuese capaz de sacar rentabilidad a las ventas y que pudiese fichar barato y jugadores con mucho futuro. Es decir, un director deportivo que entendiese que había que cuadrar los números como prioridad absoluta. Y el club de la Costa Azul se fijó en un exjugador del Celta: Florian Maurice. Flo estaba haciendo una gran labor en el Rennes, en donde había logrado equilibrar las cuentas y también realizar alguna de las inversiones más importantes del club. Su eficaz gestión le permitió sanear las arcas. Lo hizo gracias a las ventas como las de Jeremy Doku al City por más de 70 millones de euros; Eduardo Camavinga al Real Madrid por más de 50; Nayef Aguerd al West Ham por 35 kilos o Majer al Wolfsburgo por 25 millones de euros.

La primera medida de Maurice como director deportivo del Niza fue contratar a Franck Haise, el técnico del Lens. Lo tenía tan claro que incluso no escatimó en pagar los dos millones de euros de su libertad. Pudo hacerlo porque el Niza había cobrado casi otros 2 kilos del Ajax por la libertad del técnico Francesco Farioli. El equilibrio presupuestario y la austeridad tras años de despilfarro marcan la etapa del nuevo director deportivo, que se fue a captar talento joven y a intentar también hacer superávit. En los dos años que lleva al frente de la dirección deportiva lo ha conseguido. El primer año gastó 20 millones de euros en fichajes y recaudó 24. Esta temporada, con el equipo nuevamente en Europa, subió la cifra de gasto hasta los 33 millones de euros porque logró vender por más de 108 millones de euros.

Maurice logró colocar en el West Ham a Todibo por 40 millones de euros; a Guessand en el Aston Villa por 30 kilos y 15 le pagaron el Neom SC de Arabia y el Stuttgart por el portero Bulka y por el mediapunta Bouanani, respectivamente. 4 millones consiguió por el delantero centro Laborde y otros cuatro por el pivote Pablo Rosario, que lo vendió al Porto. Un grandísimo mercado que le permite al Niza mejorar notablemente su economía con esos casi 74 millones de superávit en el balance de ventas y compras.

La mayor inversión realizada por Florian ha sido en el joven extremo izquierdo sueco Isak Jansson, por el que pagaron al Rapid de Viena 10 millones de euros. Casi 7 pagaron por el portero del Reims, Diouf, y 6 desembolsaron por el pivote belga Vanhoutte y por el delantero del Basilea Kevin Carlos.

El propio Maurice explicaba en una entrevista en L'Équipe este mismo verano que “el club debe recuperar el equilibrio y el rigor financiero y estamos siendo prudentes porque debemos realizar sacrificios con las ventas".

Este jueves volverá al que fue su estadio por unos meses cuando el ex del Marsella fichó por el equipo del que se había convertido en verdugo con sus goles en aquella eliminatoria de cuartos de final de UEFA. Pero Maurice también será recordado por la afición celeste por haber marcado en uno de los partidos más espectaculares en la historia del Real Club Celta. Su victoria en San Mamés por 1-6. También por aquel espectacular gol de volea al Valencia tras un centro con el exterior de Zvonimir Boban. Ahora es un reputado director deportivo en el fútbol francés y volverá a encontrarse con una afición que siempre le mostró mucho cariño.