La cascada de cierres de sucursales y cajeros golpea a los municipios del área de Ferrol
Una problemática que afecta, sobre todo, a las personas más mayores, pero también a pequeñas empresas
Una mujer en un cajero. / Images By Tang Ming Tung
Ferrol
La exclusión bancaria, la cascada de cierres de sucursales y cajeros golpea fuertemente no solo a los municipios con menos población de nuestra zona, también en Ferrol se han reestructurado los servicios bancarios en los últimos años. Una problemática que afecta, sobre todo, a las personas más mayores, que tienen grandes dificultades para manejarse con los cajeros o la banca electrónica, pero también a pequeñas empresas que precisan del servicio.
En Espasante, en Ortigueira, han pasado de tener dos sucursales y dos cajeros, a cero en los últimos cinco años. Belén Bello, presidenta de la Asociación Vecinal, ha explicado en Hoy por Hoy Ferrol que llevan todo este tiempo peleando para que se reponga el servicio, pero sin éxito y con continuas dificultades. Bello ha especificado que se intentó con la colaboración del Concello que se instalara un cajero, también la posibilidad de contar con el servicio en Correos, pero ninguna opción ha sado frutos. Dice que en esta situación lo que menos importa son las personas, que en muchos casos tienen que coger un taxi para desplazarse 7 kilómetros para acudir a una oficina.
También buscan opciones y alternativas en Valdoviño, donde este verano cerró la oficina del banco Santander, que ya operaba en horario reducido. También se suprimió el cajero. El alcalde de la localidad, Alberto González, asegura que la exclusión bancaria es un problema para vecinos y vecinas, para las empresas y también para la propia administración. En este contexto, el regidor pone en valor el servicio que ofrecen las cooperativas de Meirás, Lago y Vilaboa, que también funcionan como entidades de crédito.
Desde la CIG, su secretario comarcal Xoán Galdo, ha puesto también el foco en el peaje laboral que supone el cierre de las oficinas. No solo implica, en algunos casos, las reestructuraciones de plantilla con bajas incentivadas e incluso despidos, sino una sobrecarga de trabajo para el personal que permanece en las sucursales.
