Sociedad

La masturbación como prescripción médica: cuando la 'histeria femenina' se consideraba una enfermedad

La historiadora Carmen Valiña estudia el uso de la psiquiatría como herramienta de control social sobre las mujeres en la España contemporánea

Mulleres e Locura: El papel de la psiquiatría como herramienta de control social de las mujeres en los siglos XIX y XX

Lugo

Locas, desquiciadas o histéricas. La mayoría de las mujeres han tenido que escuchar en el algún momento de si vida alguna de estas acepciones y no es casualidad. La locura y la histeria fue utilizada durante años para menospreciar y controlar a las mujeres.

Durante varios siglos la medicina clasificaba como histeria a todos aquellos síntomas y comportamientos que se salían del patrón femenino estipulado y resultaban incómodos, incluyendo la rebeldía o el cansancio.

Esta supuesta enfermedad era atribuida a mujeres de todas las edades que se entendía "necesitaban ser dirigidas al camino del matrimonio y de la vida sexual cimentada en los requisitos de la sociedad". En algunos casos, incluso se prescribía la masturbación del propio médico como tratamiento.

La doctora en historia contemporánea, Carmen V. Valiña, analiza esa realidad en la charla 'Mujeres y Locura' que se celebra este jueves, 30 de octubre, en el centro cultural O Vello Cárcere de Lugo.

Según Valiña, la relación entre mujer y locura "no surge de la nada", sino que responde a un contexto histórico en el que la medicina y la moral se aliaron para definir lo que debía ser una mujer "normal": "Muchas mujeres acababan encerradas en psiquiátricos, no por estar enfermas si no por no cumplir el papel que se les asignaba o por tener una opinión propia", señala.

Gran parte del estudio de la historiadora se centra en los casos reales del Manicomio de Conxo donde fueron internadas mujeres disidentes y rebeldes en una época en la que ni siquiera contaban con el amparo legal para evitar su propio encierro.

Cambian los términos, persiste el estigma

Aunque hoy en día ya no se usen estos diagnósticos, el estigma persiste. Aún podemos escuchar fácilmente que una mujer está loca, nerviosa o incluso, exagerando, sobre todo cuando expresa emociones como el enfado o el cansancio.

Para Valiña, esto demuestra que el lenguaje sigue siendo una herramienta de invalidación: "Cambian los términos pero el mensaje sigue siendo el mismo y lo que sentimos las mujeres se interpreta como una exageración", explica.

Además, la historiadora recuerda que ese estigma también influye en la manera en la que se aborda hoy en día la salud mental de las mujeres, que siguen teniendo en su mochila invisible una enorme carga mental y una paciencia que, cuando se agota, se recibe como debilidad.

La charla pretende ofrecer una mirada crítica sobre esa herencia cultural y abrir un espacio para la reflexión: "La concepción de la locura, o la cordura, está muy relacionada con la época que vivimos, entender lo que pasa alrededor de nuestras vidas es clave para entender cómo nos sentimos", insiste la doctora.