Hora 14 Vigo
Sociedad

La víctima del crimen de Coia y el presunto asesino se amenazaron mutuamente en los meses previos

Los forenses confirman una "merma leve" de las capacidades del acusado

La tercera jornada del juicio por el crimen de Coia, que se celebra en la Audiencia Provincial de Pontevedra con sede en Vigo, ha arrojado luz sobre la relación previa entre el presunto autor, J. L. M., y la víctima, F. J.

La tensión entre ambos no era reciente, sino que se había cocinado a fuego lento con un intercambio de mensajes de WhatsApp con amenazas meses antes del supuesto asesinato ocurrido el 6 de abril de 2024.

Evidencias presentadas por la Policía Científica

Los agentes de la Científica que declararon este miércoles confirmaron la existencia de un audio del 19 de febrero de 2024 extraído del móvil del acusado, donde se echaban "cuentas pendientes en cara" y se intercambiaban graves amenazas.

El relato indica que F.J. envió al procesado tres fotografías, dos de ellas mostrando un puñal y otra una pistola, además de otras imágenes con el ánimo de provocar. J.L. M. llegó a animarle a ir a su casa, advirtiéndole que "esta vez" no lo cogería "por sorpresa", aludiendo a un presunto incidente anterior en el que la víctima le habría lanzado una piedra que impactó en electrodomésticos de su cocina.

"Ahora cuando vaya yo ahí ya me lo explicas, a ver qué valiente eres", fue la respuesta de F.J.

El análisis de la escena

Los investigadores también ofrecieron detalles sobre la escopeta utilizada, hallada en buen estado de conservación pero con el número de serie borrado y residuos de haber sido disparada. Además, se encontraron partículas compatibles de disparo en la mano del acusado y sus huellas en el gatillo.

El relato judicial también apunta a que la víctima, presuntamente, se presentó en el domicilio del acusado portando un machete y una barra de hierro.

Los investigadores encontraron ADN de F.J. en el mango del cuchillo y sangre suya en la parte interior del marco de la puerta de la casa del supuesto agresor. Sin embargo, no se pudo analizar la barra de hierro porque, según indicaron, no se les encargó dicha pericial.

Las forenses de Criminalística confirmaron que la víctima recibió el disparo a una distancia inferior a un metro.

Consumo de sustancias y capacidad volitiva del acusado

Las médicas forenses que realizaron los informes sobre J.L. M., quien se enfrenta a una petición fiscal de 21 años y 10 meses de prisión, también comparecieron en la vista.

El acusado les refirió que el día de los hechos había consumido gran cantidad de cocaína y alcohol, aunque recordaba y era consciente de lo que estaba ocurriendo. Las muestras de orina recogidas dos días después dieron positivo en cocaína, cannabis y benzodiacepinas, siendo esto "compatible" con el consumo el día del crimen.

El informe concluyó que J.L. M. presentaba una intoxicación con una merma leve de sus capacidades (el menor de los cuatro grados de la escala).

Las forenses determinaron que actuó con sus capacidades cognitivas activadas y que su capacidad volitiva (de decisión y dirección de conducta) pudiera estar levemente afectada, "pero no anulada". También confirmaron su "baja tolerancia a la frustración".

El acusado, que mantiene el derecho a declarar en último lugar, será el siguiente en ofrecer su versión de los hechos.