Galicia terminará el año con 200 granjas menos: "Cerramos y punto"
La falta de relevo generacional castiga especialmente al sector agroganadero y afecta también al comercio, la construcción o el transporte

La falta de relevo generacional complica el futuro del sector agroganadero
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Santiago de Compostela
200 granjas menos; este será el negro balance con el que Galicia cerrará el2025. La mayoría de esos cierres están provocados por la falta de relevo generacional. Un problema que castiga al sector agroganadero, pero que afecta también a actividades como el comercio, el transporte o la construcción.
Detrás del cierre de explotaciones que morirán con la jubilación de sus actuales dueños, hay dos causas fundamentales: el envejecimiento de la población del campo y los bajos precios que las industrias les pagan a los ganaderos por sus productos. Según el Foro Económico de Galicia, el 72% de los dueños de explotaciones agrarias y ganaderas tienen más de 55 años. "Cerramos y punto", así se expresan quienes han asumido que con su jubilación se acaba el negocio.
La falta de relevo generacional es una realidad también en el pequeño comercio. La directora de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, Margarita Hermo, reconoce las dificultades, pero rompe una lanza a favor de los jóvenes: sí están interesados en continuar, pero "encuentran muchas trabas".
Entre los autónomos el panorama tampoco invita al optimismo. Los mayores de 65 años se ha incrementado más de un 122 % y los menores de 45 se han reducido más de un 25%.
¿Por qué a los jóvenes ya no les valen estos trabajos?
De entrada, los expertos niegan que haya una desgana o una falta de interés por incorporarse al mercado laboral. El profesor del departamento de Economía Aplicada de la USC, Gonzalo Rodríguez, explica que es la propia evolución de los puestos de trabajo, el peso cada vez mayor de la tecnología y la irrupción de nuevas profesiones lo que va redirigiendo las preferencias laborales de los jóvenes. Además, recalca que el hecho de rechazar determinados trabajos no tiene por qué ser negativo.
Los propios empresarios también descartan que las dificultades para continuar con un negocio tengan que ver con las pocas ganas de trabajar de los jóvenes. Margarita Hermo señala que se debe más al cambio en la forma de funcionar de las empresas que a la falta de implicación de las nuevas generaciones.




