Los vecinos de Cabral denuncian actos vandálicos por parte de los habitantes de una vivienda ocupada ilegalmente
Señalan tener miedo debido al consumo de drogas, pinchazos y enganches ilegales en el barrio de Fontiñas

Los vecinos denuncian vandalismo constante y una vivienda habitada de forma ilegal en Cabral

La convivencia en la zona de Fontiñas, en la parroquia viguesa de Cabral, se ha convertido en "una auténtica pesadilla" para decenas de familias. Un grupo de residentes de una casa habitada ilegalmente entre las calles Fontiñas de Arriba y Abaixo, está haciendo la vida imposible a las familias del barrio con un sinfín de incidentes que van desde peleas nocturnas y enganches de luz ilegales hasta actos vandálicos y la presunta venta de drogas a plena vista.
Cerca de 60 vecinos y vecinas firmaban este pasado verano un escrito solicitando medidas urgentes ante el Concello, el juzgado y la Policía Nacional, pero hasta la fecha, denuncian, no han recibido respuesta ni actuación alguna.
Denuncian una escalada de violencia
La escalada de la tensión alcanzó, según indican vecinos y vecinas, su punto máximo el pasado sábado, 1 de noviembre, cuando las ruedas de varios coches de los vecinos más cercanos a la vivienda ocupada aparecieron pinchadas con una navaja. Los afectados se preguntan con desesperación: "Qué será lo próximo y qué precisan las autoridades para tomar medidas".
Según la denuncia, la casa fue ocupada en septiembre de 2024. Desde entonces, denuncian, "hay gritos, golpes, música a todo volumen y peleas que llegan hasta el amanecer". Un generador eléctrico robado generaba también contaminación acústica constante. Los vecinos aseguran que se han producido robos en coches, roturas de espejos retrovisores y ralladuras en las carrocerías, además del reciente ataque a las ruedas.
El grupo realiza conexiones ilegales de luz y agua, llegando a engancharse al alumbrado público directamente desde los postes. Anteriormente, llegaron a manipular los contadores privados de los vecinos colindantes. Tras el corte de agua por parte de Aqualia, los ocupantes usan el lavadero del barrio, vertiendo productos químicos tóxicos directamente al río Lagares.
Denuncian venta de drogas a la vista del vecindario
"No hay que ser inspector de policía para saber que venden droga a todas horas", denuncian asegurando que en el barrio se ve "un constante ir y venir de personas, muchas veces en estado de embriaguez o bajo los efectos de sustancias", y que incluso taxis paran en la puerta durante escasos minutos para que los "consumidores hagan su compra y marchen con celeridad".
Otro foco de preocupación es la situación sanitaria y ambiental. Los firmantes señalan un aumento de ratas que salen de la casa ocupada e invaden viviendas vecinas, dañando instalaciones y electrodomésticos. Además, denuncian el uso indebido del contenedor de basura, rodeado de trastos y restos de comida, y mencionan una intimidación extrema: el grupo ha llegado a arrojar tampones usados a las casas cercanas.
Sin atención por parte del Concello
Los afectados insisten en que "no es un conflicto vecinal", sino un grave problema de seguridad pública y salud. Acudieron al Concello de Vigo y al juzgado durante el verano pidiendo medidas urgentes. Sin embargo, lamentan no haber recibido respuesta ni actuaciones efectivas, y la situación "sigue empeorando cada semana".
"Vivimos con miedo y no podemos descansar ni dejar que nuestros hijos e hijas anden tranquilas en la calle", claman los residentes, quienes piden la intervención inmediata de las autoridades municipales y policiales para recuperar la seguridad y la convivencia en esta zona de Cabral. También instan a los propietarios de la vivienda a tomar acciones legales.




