La mirada de Jorn Lucas: Una persona decente, una amenaza?

A Coruña

Durante las elecciones generales en los Países Bajos, la semana pasada, fue elegido Rob Jetten del partido D66 como posible futuro primer ministro. No fue mi elección, pero que dió un golpe a la extrema derecha está muy bien. Aunque creo que fue más un empujón.

Poco después de las elecciones, leí un texto del actor y escritor neerlandés Abbie Chalgoum sobre la situación política en los Países Bajos. Me impactó mucho. Escribió más o menos lo siguiente:

Rob Jetten. Joven, capaz, elocuente, y por tanto sospechoso. Demasiado gay, demasiado alegre, demasiado él mismo.

La cloaca de internet está echando humo. Su orientación, su pareja, su sonrisa: todo vale como munición contra alguien que sí representa algo. Eso es el mayor miedo de esa gente: un líder que no grita, sino que escucha. Un primer ministro que no odia, sino que actúa. Y por eso hay que destruirlo. No por lo que dice, sino por su identidad.

Si lo peor que puedes decir de un futuro primer ministro es que le gustan los hombres, eso no dice nada de él, pero dice todo sobre los idiotas que no soportan la idea de que la civilización ganó. Y de que la decencia resulte ser una forma de resistencia.

Esta descripción también se puede aplicar a España. Aquí también hacen falta políticos decentes.

Que Carlos Mazón hizo el paripé de marcharse no es solo “too little, too late”. Su discurso fue una falta de respeto para las víctimas. Él y su jefe Feijóo dieron la vuelta a la tortilla, y ahora se lavan las manos con el agua de la inocencia.

Que Feijóo cite a Mazón como ejemplo porque asume responsabilidad es un auténtico descaro y un golpe para la credibilidad de la política.

El PSOE tampoco es perfecto - en contrario. Pero, la actitud de Mazón, Feijóo y de todo el clan del PP con Ayuso a la cabeza me resulta francamente indignante. Especialmente porque mantienen en pie a la extrema derecha.

Volviendo al principio: espero que la civilización regrese muy pronto a la política de la derecha, de la izquierda y la del centro. Necesitamos un equilibrio decente, y pronto.