Cómo ayudar a los niños a prepararse para los exámenes: el valor del esfuerzo frente a las notas
Llega la época de exámenes: cómo afrontarla desde casa

La aventura de aprender: Presión ante los exámenes
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A Coruña
Con la llegada del otoño, los días se hacen más cortos y las rutinas cambian. En los colegios, también llega el momento de los primeros exámenes del curso, y con ellos, la necesidad de organizar el estudio en casa. Para muchos niños y niñas, especialmente en cursos clave como tercero de primaria o primero de la ESO, este puede ser un periodo lleno de novedades, tensión y, en ocasiones, ansiedad.
El cambio de etapa: de aprender jugando a estudiar con método
Hasta segundo de primaria, el aprendizaje suele ser más natural y guiado. Pero al llegar a tercero, los alumnos se enfrentan por primera vez a exámenes formales. Lo mismo sucede en el salto a secundaria: los contenidos se vuelven más exigentes y la planificación del tiempo de estudio se convierte en algo fundamental.
En esta etapa, las familias pueden vivir momentos de tensión. Es importante entender que cada niño aprende a su ritmo y que no todos los resultados académicos reflejan el mismo tipo de esfuerzo.
La presión de las notas: una reflexión necesaria
En la sociedad actual, parece que solo los dieces y nueves son válidos. Sin embargo, cuando muchos padres y madres estudiaban, un siete o un ocho eran notas excelentes. La obsesión por la perfección puede generar una presión innecesaria sobre los más pequeños.
No todos los niños pueden ni deben alcanzar siempre la excelencia numérica. Lo importante es valorar el esfuerzo, la constancia y la actitud. Un seis puede ser un gran logro si el alumno se ha esforzado y ha intentado dar lo mejor de sí.
Cómo crear hábitos de estudio saludables
Una de las claves está en fomentar rutinas desde pequeños. Los niños no nacen sabiendo organizar su tiempo, por eso es importante que los padres les ayuden a planificar:
- Establecer un horario fijo de estudio adaptado a sus actividades extraescolares.
- Reservar espacios tranquilos y sin distracciones para concentrarse.
- Alternar tiempos de estudio con descansos cortos.
- Ayudarles a priorizar asignaturas según la dificultad o el calendario de exámenes.
A medida que crecen, deben asumir más responsabilidad. En quinto o sexto de primaria ya pueden gestionar parte de su tiempo, y si alguna vez suspenden, también deben aprender de las consecuencias.
Educar en el esfuerzo: más allá del resultado
Como ocurre en el deporte, el éxito no siempre depende del talento, sino del trabajo constante. Un alumno que se esfuerza y mantiene una actitud positiva llega más lejos que quien confía solo en sus capacidades.
Por eso, el mensaje clave que debemos transmitir es claro: “No importa tanto la nota como el esfuerzo que has hecho para conseguirla.”
Valorar el proceso más que el resultado ayuda a que los niños aprendan a ser responsables, constantes y resilientes, cualidades esenciales para su vida adulta.




