“Vi la cara de mi hija y decidí cambiar”: el testimonio de un hombre que superó su adicción a las drogas
Después de más de tres años sin consumir, Julio comparte su historia de caída, lucha y esperanza

La otra mirada: El testimonio de Julio, toxicomano rehabilitado
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A Coruña
En A Coruña Opina, siempre buscamos ofrecer una mirada diferente sobre los temas que tratamos. Hoy queremos acercarnos a la historia de Julio, una persona que, tras años de adicción a las drogas, ha conseguido emprender un camino de recuperación y vida saludable. Su testimonio es una lección de fortaleza, perseverancia y esperanza para quienes atraviesan una situación similar.

“Cada día sin consumir es una victoria”
Julio comenzó su consumo a los 13 años, con el cannabis como vía de escape a los problemas personales y familiares. “Era una vía de salida”, explica. Pero esa puerta de escape se convirtió poco a poco en una trampa que lo llevó a probar otras sustancias, hasta caer en la cocaína, que marcó los años más duros de su vida.
Hoy, después de tres años y siete meses sin consumir, Julio se muestra emocionado por su recuperación: “Cada día sin consumir es como una victoria. Por las noches doy gracias por no haber consumido ese día, y al levantarme me digo: hoy tampoco voy a hacerlo.”
El inicio del problema: una falsa sensación de control
Como ocurre con muchas personas que comienzan a consumir drogas a edades tempranas, Julio pensaba que podía controlarlo. “Yo controlo, eso es típico”, recuerda. Pero el entorno del instituto, los amigos y la necesidad de evadirse de los problemas familiares lo empujaron poco a poco hacia un consumo más habitual.
“Empecé por curiosidad, por probar. Nadie piensa que va a acabar enganchado”, confiesa.
La caída: una espiral de mentiras y destrucción
El consumo de cocaína acabó arrastrando a Julio a una espiral de engaños, soledad y sufrimiento. Perdió su matrimonio y comenzó a distanciarse de sus hijas. “Todo eran mentiras, todo se me iba de las manos. Cuando empecé a consumir a escondidas, supe que había tocado fondo”.
El punto de inflexión llegó cuando dio positivo delante de una de sus hijas: “Vi su cara y se me cayó el mundo encima. Ese día decidí que tenía que cambiar mi vida.”
La recuperación: un camino largo pero posible
Julio ingresó en la comunidad terapéutica CLAC, donde pasó seis meses de tratamiento intensivo. Allí comenzó a trabajar con terapeutas, psicólogos y psiquiatras, aprendiendo a gestionar emociones y a prevenir recaídas.
“Hoy sigo acudiendo a los talleres y a la unidad de día. Es muy importante mantener la rutina y el apoyo profesional.”
A día de hoy, Julio sigue avanzando paso a paso, con la certeza de que el cambio es posible. Su historia demuestra que la adicción no tiene por qué ser el final, sino el principio de una nueva vida.
Un mensaje de esperanza para quienes luchan contra las drogas
Para quienes están en plena batalla contra la adicción, Julio tiene un mensaje claro: “Todo parece un juego, una tontería, pero al final acaba siendo muy serio. Los problemas que deja el consumo son muy graves, pero se puede salir. Si yo he podido, cualquiera puede.”
Su historia es un ejemplo inspirador de que con ayuda, compromiso y apoyo emocional, la recuperación es posible. Cada día sin consumir, como él dice, “es una victoria”.




