El Celta no puede con un Lewandowski imperial

Vigo

El Celta no pudo ganar. La racha se cortó y sigue con su gafe como local. Balaídos ha perdido su influjo que el pasado año había llevado al Celta a una racha espectacular. La derrota fue incontestable y solamente tres espectaculares paradas de Radu evitaron una derrota mayor que el 2-4 final. El Barcelona aprovechó las debilidades defensivas del Celta y los celestes no supieron hacer más sangre de las dudas culés. Habrá que seguir esperando quince días más para ver si Balaídos vuelve a disfrutar de una victoria en Liga. Hoy fue justa la derrota. No hay peros al esfuerzo realizado, pero no llegó para dar la batalla al Barcelona.

La primera parte fue una auténtica locura. Los dos equipos se quitaron el cinturón de seguridad y se fueron con todo al ataque. Una valentía ofensiva que chocaba con la temeridad defensiva de ambos equipos que concedieron muchísimo al rival. Y fruto de las imprecisiones defensivas llega la mano de Marcos Alonso en un tiro desde la frontal que acabó en penalti con la ayuda del VAR. Lewandowski marcaba el 0-1 desde los once metros. Poco le duró la alegría al Barcelona porque una gran jugada de ataque del Celta, rompiendo el fuera de juego, acabó con un pase perfecto de Borja Iglesias para dejar a Carreira en el mano a mano. No se puso nervioso el lateral vigués que la cruzó como un delantero para empatar el partido en el minuto 11. Cuando el Celta estaba aguantando al Barcelona, con permiso de dos paradones de Radu, llegó un nuevo mazazo del Barcelona. Mingueza pierde la marca de Rashford, que saca un centro perfecto para que el delantero polaco pusiese el 1-2. Remate perfecto de Lewandowski, que lo hace como pocos.

El Celta tenía que volver a recomponerse después del mazazo que supuso el gol del Barcelona. Pero los de Giráldez lo volvieron a intentar. Siempre buscando la espalda de los laterales. Mingueza mete un balón detrás de Balde para la carrera de Jutgla. El catalán levanta la cabeza y logra asistir a Borja, que se sacó un espectacular remate para empatar el partido. El Panda sigue de dulce y el 2-2 hacía justicia. Pero un añadido más propio de la Conference League (6 minutos), lo aprovechó el Barcelona para marcar el 2-3 en el minuto 48 con un mal despeje de Ilaix que aprovechó Lamine Yamal para marcar con la derecha.

La segunda parte no tuvo color. Mejor dicho, solo tuvo dos: azul y grana. Un Celta que pagó el esfuerzo del jueves, de los viajes maratonianos y del choque de Zagreb. Poco de los de Giráldez que no inquietaron la portería culé, sin disparo a puerta alguno. Enfrente un Barcelona que fue capaz de tener paciencia, dormir el partido y aprovechar los espacios para marcar el 2-4 a balón parado. El Celta ni supo ni pudo hacer daño. Se había acabado la ruleta rusa a la que jugaron los dos equipos durante la primera mitad. En la segunda no hubo posibilidad alguna de intentar algo parecido a un amago de remontada. Pero ni una pega a un equipo que nos ha hecho disfrutar tanto esta semana, tanto en el Ciutat de Valencia como en Zagreb. Ahora toca descanso antes de visitar Mendizorroza.