De joya modernista a símbolo del abandono: el siglo de la Casa Bailly

A Coruña

En Cambre, en la zona de O Graxal, se levanta —aunque cada vez más deteriorada— una de las joyas ocultas del patrimonio arquitectónico gallego: la Casa Bailly. Construida entre 1920 y 1925, esta vivienda modernista fue obra de los arquitectos Tenreiro y Estellés, los mismos que proyectaron el emblemático Banco Pastor de A Coruña.

Su promotor, Julio López Bailly, era un empresario coruñés que hizo fortuna en Argentina y quiso dejar su huella en Galicia con una residencia singular. La casa, con 22 habitaciones, fue concebida con la intención inicial de convertirse en un pequeño hotel, aunque finalmente se utilizó como vivienda familiar hasta que la familia Bailly se exilió en 1936.

Arquitectura modernista con influencias británicas

Aunque a simple vista pueda parecer un conjunto de dos viviendas gemelas, la Casa Bailly es una sola edificación. Su diseño responde a la simetría propia del modernismo, con un lenguaje arquitectónico que combina influencias del modernismo francés y del movimiento Arts and Crafts británico.

Entre sus elementos más característicos destacan los arcos escarzanos, las carpinterías ornamentadas en madera y la riqueza de detalles decorativos inspirados en la naturaleza. La cubierta, con formas curvas, recuerda a la Hathaway’s Cottage, la casa natal de la esposa de Shakespeare, y los interiores mostraban una cuidada atención al detalle con cerámicas, textiles y molduras de inspiración artesanal.

Un pasado marcado por la historia

Tras el estallido de la Guerra Civil en 1936, la familia Bailly se exilió en Argentina y la casa fue vendida a la Falange. Durante la posguerra, el edificio fue utilizado como calabozo republicano y, más tarde, como escuela de mandos y sede del sindicato vertical. En 1969 un incendio devastador dañó gravemente su estructura, compuesta por muros de mampostería y forjados de madera.

Posteriormente, el edificio tuvo otros usos, como escuela laboral, hasta pasar a manos del ayuntamiento de Cambre, que hoy la mantiene en estado de abandono. A pesar de su deterioro, la Casa Bailly conserva la elegancia de su traza original, testigo silencioso de una época dorada del modernismo gallego.

¿Es posible recuperar la Casa Bailly?

Según la arquitecta Nuria Prieto, la Casa Bailly sí es recuperable, aunque requeriría una inversión elevada. “La estructura puede rehabilitarse, pero habría que definir un uso futuro que la mantenga viva”, explica.

Ejemplos internacionales como la Casa E-1027 de Eileen Gray o la Villa Tugendhat de Mies van der Rohe demuestran que proyectos similares han sido rescatados gracias a la colaboración entre administraciones públicas y patrocinadores privados. En el caso de la Casa Bailly, su potencial como espacio cultural o museo de arquitectura modernista podría ser una vía de recuperación sostenible.

Mantener viva la memoria arquitectónica

Como recuerda Prieto, “una casa cerrada se muere”. La falta de uso y mantenimiento acelera el deterioro de cualquier edificación histórica. La Casa Bailly necesita, además de inversión, una función activa que garantice su conservación: visitas guiadas, exposiciones, actividades culturales o proyectos educativos podrían devolverle la vida.

Hoy, casi cien años después de su construcción, la Casa Bailly cumple un siglo de historia. Es un símbolo de cómo el paso del tiempo y el abandono ponen en riesgo nuestro patrimonio, pero también una oportunidad para recuperar una joya modernista de Galicia y devolverle el esplendor que nunca debió perder.