Sociedad

Una campaña busca recuperar una mina de volframio explotada por la Alemania nazi en Ourense

Además este enclave de Carballeda de Valdeorras sufrió la ola de incendios

Mina de wolframio en Galicia. / RAFAELLA RESOURCES

Ourense.

La Asociación Científica Sputnik Labrego, en colaboración con el albergue Eco dos Teixos y la Comunidad de Montes de Casaio y Lardeira, han iniciado una campaña de recaudación para recuperar la antigua mina de volframio de Valborraz, situada en los montes de Trevinca y explotada por la Alemania nazi.

Este enclave de la parroquia de Casaio, en Carballeda de Valdeorras, se vio afectado por la ola de incendios de este verano, que llegó a destruir gran parte de las techumbres de los edificios que se conservaban, según recoge la entidad. Este fue el "último paso" de una "larga serie de afecciones" que sufrió la mina desde su "abandono definitivo" en los años 70.

"Sin embargo, los incendios fueron especialmente perjudiciales y corremos el peligro de perder este enclave único para siempre", asegura el presidente de Sputnik Labrego, Carlos Tejerizo, cuya organización ha llevado a cabo un proyecto de investigación para profundizar en el conocimiento sobre el lugar.

La campaña "Recuperemos Valborraz" tiene el doble objetivo de alcanzar recursos para invertir en la conservación y potencial restauración y llamar la atención de las administraciones competentes para que "no dejen morir" este entorno histórico. Sputnik Labrego ha habilitado un número de cuenta --difundido en sus redes sociales-- para las aportaciones de aquellas personas interesadas.

La mina fue una de las docenas de zonas de extracción de volframio durante las décadas de los 40 y 50, momento en el que este mineral fue estratégico para la fabricación de material bélico. Con todo, Valborraz destacó, además de por la cantidad de mineral extraido en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, fue la única gestionada por la Alemania Nazi.

Asimismo, fue sede de uno de los Destacamentos Penitenciarios más relevantes de este entorno, de modo que sirvió como vivienda de cientos de prisioneros provenientes de la Guerra Civil Española.

Tejerizo destaca los estudios de historiadores como Isidro García Tato o Tomás Terrón Mendaña y los trabajos arqueológicos y antropológicos de Sputnik Labrego de recogida de memorias vinculadas a la mina, que muestran la "singularidad" y la "necesidad" de protegerlo como un "patrimonio único".