Una década de lucha familiar convertida en literatura
Antonio López convierte su dolor en poesía en Una larga travesía, un libro que mantiene viva la memoria de su hijo Pablo
A Coruña
El coruñés Antonio López acaba de presentar su tercer libro, Una larga travesía, un volumen profundamente íntimo que combina poesía y relato autobiográfico y que firma bajo el seudónimo Caetano Agrelo. La obra nace como homenaje a su hijo Pablo, cuya vida quedó marcada por un trágico accidente en 2012 y cuyo fallecimiento, el pasado 6 de enero, cerró más de una década de lucha familiar.
El autor habló sobre su libro, su proceso creativo y su historia en una emocionante entrevista en Hoy por Hoy A Coruña, en Radio Coruña Cadena SER.
Un libro necesario: poesía y memoria de una travesía de 13 años
Según explicó Antonio López durante la entrevista, este nuevo libro era algo que tenía la necesidad de escribir: “Tenía que hacerlo. Es un homenaje a mi hijo. Es un híbrido literario: mitad poemario, mitad relato autobiográfico”.
La mitad de los poemas nacieron directamente de los sentimientos que le evocaba Pablo, mientras que el resto surgieron como una vía de escape ante una realidad devastadora: el cuidado constante de un hijo en estado de mínima consciencia.
El accidente que cambió una vida y a toda una familia
El 3 de abril de 2012, Pablo López fue arrollado por un coche cuando cruzaba en bicicleta la avenida de San Cristóbal. El joven quedó inicialmente en coma y, con el tiempo, pasó a un estado de mínima consciencia: ni plenamente presente ni completamente ausente.
Su padre lo recuerda así: “Tenía pequeñas señales neurológicas: sonreía con estímulos, entendía lo que se le decía… pero no podía expresarse”.
La familia adaptó una casa en Sada para poder atenderlo con todas las necesidades médicas, creando un espacio totalmente preparado para su cuidado. Allí vivió los últimos años hasta que, el 6 de enero de este año, un virus respiratorio acabó con su vida.
“Maldita libertad, bendita libertad”: el duelo de un padre
La muerte de Pablo tuvo para Antonio un sentido dolorosamente dual: “Por un lado, maldita libertad la que me das. Pero por otro, también sientes alivio: creo que decidió dejarnos vivir en paz”.
Tras casi trece años de lucha constante, la familia vivió cada día como un nuevo desafío. López describe esa etapa como una realidad que “golpeaba como un martillo pilón”.
Una batalla contra el sistema sanitario
Durante la entrevista, Antonio no ocultó su crítica a la atención recibida en distintos momentos, explicando episodios de desatención médica, diagnósticos erróneos y la falta de acceso a especialistas que podrían haber ayudado.
Relató cómo el Hospital de Oza se convirtió para él en “el Purgatorio”: “Pasamos allí quince o dieciséis meses muy duros. Por nuestra insistencia conseguimos que lo trasladaran al CHUAC. Si no, allí mismo se nos muere”.
La familia llegó a escribir a la Xunta, a la Casa Real e incluso a instituciones médicas de referencia como el Institut Guttmann en Barcelona.
El otro hijo: un perdón necesario
En Una larga travesía, el autor también dedica versos a su otro hijo, Diego, a quien siente que dejó en un segundo plano durante los años de cuidados intensos a Pablo.
“Toda mi atención estaba focalizada en Pablo. Le pido perdón en el libro. Él siempre me dijo que lo entendía”.
¿Quién era Pablo López?
Antonio describe a Pablo como un joven vital, inquieto y lleno de energía, que había estado a punto de entrar en la Policía tras opositar.
Su relación, como la de muchos padres e hijos, tenía momentos tensos propios de la juventud, pero cargados de cariño y complicidad.
El seudónimo: Caetano Agrelo
El escritor firma este libro bajo un nombre que mezcla raíces familiares y pasiones personales:
Agrelo: un apellido de sus antepasados maternos.
Caetano: un guiño a Caetano Veloso y a su amor por la música brasileña.
“Si quitas la C, hasta suena parecido a Antonio”, explicó entre risas.
Un libro para recordar, sanar y aprender
Una larga travesía no es solo un poemario ni un simple relato autobiográfico. Es la historia real de un padre que no se rindió, de una familia que convirtió el amor en resistencia y de un joven cuya sonrisa se mantuvo viva hasta el final.
Con su escritura, Antonio López logra que la memoria de Pablo no caiga en el olvido y ofrece un testimonio que puede ayudar a otras familias que atraviesan duelos parecidos.
