El espíritu de Gerardo es imborrable y perenne

Vigo

Gerardo Fernández, Gerardo para todos nosotros, es todo un ejemplo para los demás. Gracias a su empeño, a su tesón, a su perseverancia y a su tozudez, él fue el primero en embarcar a Javier Pitillas, a nuestro Sargento Pitillas, para preguntarse en alto: ¿“Camino de Santiago”? ¿Y por qué no?”.

Gerardo era un chico sordociego que se rebeló como en su día lo hizo el inolvidable Pablo Beiro, abriendo el paso con su AMFIV para el deporte adaptado. Gerardo y Pitillas hicieron ese primer camino de Santiago en un tándem neerlandés. Fue el primero de muchos retos; fue el primero de muchos chicos y chicas que pudieron ser libres y vivir a través del deporte y de los caminos una experiencia vital absolutamente inolvidable.

Después de ese primer Camino de Santiago, Gerardiño le dijo a Javier Pitillas: “hay que hacerlo más veces para que gente con problemas pueda vivir esto”. Y así nació Discamino y esa maravillosa esencia de lo que hemos bautizado (con permiso de Gerardo) como el Discamino Team. En el recuerdo quedarán sus encuentros con el Papa Francisco antes del Roma-Santiago en bicicleta, o su encuentro con la Reina Letizia, con abrazo improvisado incluido.

Y sin olvidarnos de la Vuelta Ciclista a España 2016, haciendo el día anterior todas y cada una de las etapas de una de las grandes vueltas. Gerardo falleció a los 47 años, pero su alma y su recuerdo son imborrables y perennes. Por lo mucho que ha luchado para que Discamino sea una gran oportunidad para la gente con diversidad funcional. Familias que pensaban que nunca sus hijos podrían hacer cientos de kilómetros hasta el Obradoiro.

Este miércoles se pasó por el Hoy por Hoy Vigo el Sargento Pitillas para recordar la figura de Gerardo Fernández. Una pareja de ruta con dos corazones que no les caben en el pecho. Esa pareja genial que tuvo su último baile en la carretera en agosto de 2024 con un Roncesvalles-Santiago. Gerardiño se ha ido pero sigue muy presente por todo lo que ha dejado. Gracias por tanto.