Kuki Zalazar: "Fue un año duro pero lo guardo con cariño"
Lo pasó mal con los silbidos y no tuvo el apoyo del míster. Cree que Yeremay debería haber tenido más minutos porque "veíamos todos que hacía cosas diferentes"

Kuki Zalazar, en Coruña Deportiva
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
A Coruña
Kuki Zalazar volverá a Riazor este domingo tras haber vestido la blanquiazul en la 2022-2023. Fue un año complicado, donde disputó poco más de 600 minutos y sufrió en sus carnes los nervios de la grada. Hoy en Coruña Deportiva ha recordado una etapa donde se mezcla lo mal que lo pasó en el campo con los buenos recuerdos de sus compañeros de caseta. "Llegué a un grandísimo equipo, y no salió como yo esperaba. Ese 'runrun' me afectó bastante. No estuve a mi nivel, pero tampoco me dieron los minutos que me merecía" afirmaba hoy en los micrófonos de la SER.
El futbolista recaló en A Coruña tras una campaña complicada en Ponferrada. En el Deportivo no gozó de muchas oportunidades y se acostumbró a ser recibido con pitos cuando saltaba al campo. "Fue un año duro a nivel deportivo pero conocí a gente maravillosa. Lo guardo con especial cariño". Dentro de sus mejores recuerdos están sus compañeros de vestuario, principal sostén anímico en los más momentos mas crudos de la temporada. "El que se llevaba los pitos era yo, pero no tenía culpa". También se encontró la indiferencia del técnico, Óscar Cano, incapaz de ofrecerle apoyo moral en un momento muy delicado. "¿Apoyo del entrenador? El apoyo fueron los compañeros".
En esa temporada, Kuki Zalazar se acostumbró a tener un compañero inesperado en el banquillo: Yeremay. Convertido en un objetivo decorativo por Óscar Cano, los compañeros ya alucinaban con el jugador canario en los entrenamientos. "Nosotros en el día a día lo veíamos. Veíamos que era diferente. Tenía que estar en el campo. Hacía cosas como, yo que sé... Messi. Te decía algo en el entreno y te lo hacía. Cualquier cosa" describe Zalazar.




