Se cumplen 50 años de la muerte de Franco, con heridas sin cerrar en la provincia de Lugo
Vuelve a escuchar el programa especial de Hoy por hoy Lugo desde O Vello Cárcere para conmemorar la efeméride que marcó el final de la dictadura

Hoy por Hoy Lugo (20/11/2025)
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Lugo
El 20 de noviembre del 2025 también en Lugo las portadas de los periódicos, la televisión, y las radios, repitieron las mismas palabras: "Franco ha muerto". Muchos todavía se acuerdan: "Yo estaba en la mili, me faltaban tres meses para terminar, lo recuerdo con un momento de mucha incertidumbre", comenta un vecino.
Los que vivieron el franquismo lo recuerdan como una época de miedo y represión, sin embargo los más jóvenes empiezan a desarrollar una percepción tolerante de lo que fue la dictadura. Muchos desconocen historias como la de las hermanas Casabella, en Ourol, recogida por la Asociación Pro Memorial. De ella forma parte Ton Blanco: "A estas mujeres las encerraron en su casa y le prendieron fuego con ellas dentro, a las que pudieron salir las asesinaron a tiros".
Según los últimos datos recogidos por Memoria Democrática y RTVE, en la provincia hay al menos 26 fosas comunes, muchas desaparecidas o sin exhumar. En la que fue cárcel provincial, ahora reconvertido en centro cultural bajo el nombre de O Vello Cárcere, llegaron a hacinarse hasta mil presos políticos a la vez, según los datos que ha recogido la investigadora María Jesús Souto.
Lugar de memoria
O Vello Cárcere aspira ahora a convertirse en Lugar de Memoria Democrática, la misma designación que la Isla de San Simón o el Pazo de Meirás. La subdelegada del gobierno en Lugo, Olimpia López, señaló en una edición especial de Hoy por hoy Lugo emitida desde su actual salón de actos, la "importancia" que tiene "también para reconocer a todas las personas que pasaron por aquí y a sus familias".
El alcalde, Miguel Fernández, que recuerda también ese 20 de noviembre siendo todavía un niño, coincidió con ella en que es fundamental "mantener viva esas historias, las vivencias que tuvieron lugar aquí y la represión que se dio aquí por una parte para recordarlo, pero sobre todo para contárselo a las nuevas generaciones, para que sepan qué pasó aquí y que no vuelva a ocurrir".
Rafael de Vega
Rafael de Vega nació en Burgos, pero se asentó en Lugo en el año 1916 para ejercer su profesión, que era la medicina, tras obtener la oposición de cirujano municipal. Nada más llegar detectó las malas condiciones de la sanidad en la ciudad, y al año siguiente propuso la construcción de un nuevo hospital. En el año 1930 abrió sus puertas, aportando él mismo a financiación.
"A muchos pacientes no les cobraba", cuenta su nieto, Santos de Vega, "e incluso se dice que algunos pacientes, mientras estaban ingresados, les aparecía dinero debajo de la almohada". Rafael de Vega defendía el derecho a la salud universal, y políticamente formó parte del Partido Republicano Radical, al que representó en las Cortes, lo que le costó la vida tras el golpe de estado.
Fue fusilando en un cementerio que se encontraba en la calle actualmente conocida como Ramón Ferreiro, tras ser encerrado en la celda número 33 de ese mismo edificio, O Vello Cárcere. Se celebró un juicio que fue "una farsa" y que estuvo "lleno de falsedades motivadas sobre todo por envidias", según narra su nieto, y su familia tuvo que huir de la ciudad. "Se usó como una especie de ejemplo para el resto del pueblo, para meter miedo", concluye.
Lucenses deportados a los campos de concentración nazis
Más información
La Asociación para la recuperación de la Memora Histórica en Lugo participa en un proyecto que busca rastrear a los lucenses que fueron deportados a los campos de concentración nazis. Además de los encarcelados, los paseados y los asesinados, el régimen de Franco envió a los campos de concentración alemanes a vecinos de Outeiro de Rei, As Nogais, Becerreá, O Incio, O Corgo, Viveiro, Cervantes y Lugo.
Lo más complicado, según cuenta su presidente, Miguel Freire, fue contactar con las familias: "Muchas se fueron, escapando de la represión". Los que lo vivieron de cerca, en muchos casos no quisieron hablar nunca de ello, y los nietos o bisnietos de las víctimas, desconocía la historia de sus antepasados hasta que la asociación se puso en contacto con ellos.




