El Callejón de las Bestias: la sorprendente historia oculta tras una de las zonas más transitadas de A Coruña
Nos lo cuenta Nuria Prieto en su Cuaderno de Dibujo

Cuaderno de dibujo: El Callejón de las bestias
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A Coruña
La ciudad de A Coruña esconde, bajo sus calles más conocidas, siglos de historias, transformaciones urbanas y anécdotas sorprendentes. Una de las más desconocidas es la del Callejón de las Bestias, un lugar que ya no aparece en los mapas actuales pero que dejó una huella profunda en la evolución urbana del centro coruñés. Su rastro pervive en las calles Huertas y Alameda, y su pasado mezcla toponimia, supersticiones, murallas desaparecidas y hasta una epidemia de cólera.
En este artículo repasamos su historia y cómo este rincón —hoy lleno de vida, bares y movimiento— estuvo marcado durante décadas por un recuerdo oscuro.
Toponimia: cuando el nombre de una calle revela su pasado
La toponimia es una herramienta fundamental para entender cómo ha evolucionado una ciudad. En arquitectura y urbanismo, los nombres de los lugares no se eligen al azar: suelen indicar características del terreno, usos antiguos o incluso advertencias históricas.
En el caso de A Coruña, muchos nombres nos cuentan historias del pasado: Cordelería, Panaderas, Pescadería, Tinajas, entre otros. Algo similar ocurría con el Callejón de las Bestias, un nombre popular que revelaba exactamente lo que allí sucedía.
¿Por qué se llamaba Callejón de las Bestias?
Porque en esa zona, situada tras lo que hoy conocemos como la calle Juana de Vega, se almacenaban:
- Caballerías
- Carruajes
- Material de uso militar y, posteriormente, civil
Era, en esencia, un espacio de servicio vinculado a la antigua muralla.
La muralla desaparecida que moldeó el ensanche coruñés
La actual calle Juana de Vega ocupa lo que fue parte del trazado de la segunda muralla de A Coruña, una estructura barroca derribada en 1840. Como sucedió en muchas ciudades europeas del siglo XIX, las murallas dejaron de tener sentido militar con el avance de la artillería y la llegada del ferrocarril.
Su derribo generó un gran vacío urbano y permitió diseñar un boulevard al estilo francés, inicialmente conocido como la Alameda, lleno de álamos por su capacidad de crecer rápido y resistir prácticamente cualquier suelo.
Detrás de ese nuevo boulevard se reorganizó el viario, y reapareció un trazado muy recto basado en un plano de 1735 de Juan Vergel. Allí surgieron:
- La calle Huertas
- La actual calle Alameda, que había sido el Callejón de las Bestias
- Del Callejón de las Bestias a la calle Alameda: un cambio necesario
La transformación del nombre no fue casual. Coincidió con la creciente relevancia social de Juana de Vega, escritora, filántropa y activista liberal. Para homenajearla, la antigua Alameda tomó su nombre, y la vía conocida como Callejón de las Bestias pasó a llamarse calle Alameda.
El cambio no solo honraba a una figura clave de la ciudad, sino que también permitía dejar atrás un nombre poco atractivo para los vecinos de la zona.
El solar maldito del número 22: supersticiones y una epidemia de cólera
Una de las historias más llamativas relacionadas con esta calle es la del solar que permanece vacío desde mediados del siglo XIX.
En 1854 A Coruña sufrió una de las epidemias de cólera más devastadoras de su historia. Según la tradición popular, el foco inicial se habría localizado en un edificio del antiguo número 22 del Callejón de las Bestias, donde trabajaba una lavandera procedente de Bionio.
En aquel tiempo, el tratamiento contra el cólera se basaba en el fuego:
el edificio fue incendiado y saneado, y jamás se volvió a construir sobre ese solar.
Aunque lo más probable es que existan razones técnicas o de propiedad detrás de esta ausencia de edificación, la creencia popular sostiene que nadie quiere construir allí por superstición.
De zona estigmatizada a espacio céntrico y valorado
Tras el cambio de nombre en 1876 y el desarrollo urbanístico de finales del XIX, la zona empezó a ganar prestigio. La construcción de edificios emblemáticos como:
- El Banco de España
- La antigua sede de Hacienda (CEGAC)
- La Casa Formoso, en la calle Huertas
ayudó a dignificar este espacio y borrar progresivamente la "mala fama" heredada del pasado.
Hoy, la calle Alameda es una zona muy transitada, llena de locales, bares y vida social, donde ya casi nadie recuerda que fue el histórico Callejón de las Bestias.
Supersticiones urbanas: cuando las ciudades guardan memoria
La historia de esta calle demuestra que las ciudades no solo se construyen con piedra, sino también con memoria, creencias y supersticiones. Igual que ocurre en lugares emblemáticos como Torres Blancas en Madrid, cuyo prestigio convive con historias inquietantes, en A Coruña también existen espacios marcados por los recuerdos del pasado.
El antiguo Callejón de las Bestias es un buen ejemplo de cómo un nombre, una epidemia o un vacío urbano pueden influir durante décadas en la percepción de una zona.
La historia del Callejón de las Bestias nos recuerda que cada rincón de A Coruña guarda un relato bajo la superficie. Gracias a la toponimia, los planos antiguos y la memoria colectiva, podemos reconstruir cómo surgieron calles, cómo cambiaron sus nombres y cómo la ciudad se fue transformando hasta convertirse en el espacio vibrante que conocemos hoy.




