El Celta se luce fuera de Vigo

Vigo

Claudio Giráldez ha dado con la tecla. Su Celta se ha convertido, por méritos propios, en uno de los equipos más solventes como visitante. Solamente Real Madrid y Barcelona mejoran los números de los celestes lejos de Balaídos. Otro cantar es su racha como local, que es una de las más flojas de la categoría. Números de aspirante a Champions fuera de casa, números de aspirante a la permanencia en Balaídos. Y es que, sin hacer mucho ruido, los de Giráldez han logrado igualar un récord que se había establecido en la temporada de Juan Carlos Unzué como técnico del Celta: lograr tres triunfos consecutivos a domicilio. Y esto lo ha logrado el conjunto celeste justo cuando más necesitado en la clasificación comenzaba a estar. Y es que el Celta llegaba a Pamplona con 7 puntos y en puestos de descenso. Solamente con un punto menos que el colista y sin haber logrado triunfo alguno en toda la Liga. Era un partido muy complicado y ya era recurrente ver a Claudio el decir aquello de “tenemos que ganar cuanto antes para cortar la racha”.

El Celta había desperdiciado muchas balas como local y, fuera de casa, es cierto que había estado muy cerca de ganar en Mallorca y en Vallecas, pero acabó empatando ambos partidos. No tuvo demasiada suerte en Elche, en donde, merecidamente, los de Sarabia fueron capaces de ganarles. En El Sadar, el Celta se pone 0-1, logra empatar un 2-1 y, en los últimos minutos, se va a por el tercer gol y lo logra con una gran contra de Aspas y Pablo Durán. Un mazazo para Osasuna, que veía cómo el Celta se le acercaba en la clasificación y le metía en el jaleo de abajo.

En la siguiente jornada, el Celta tuvo un nuevo desplazamiento al Ciutat de Valencia para medirse a un necesitado Levante. Los de Giráldez lograron ponerse 0-1, sufrieron para mantener el marcador, vieron cómo les empataron con diez y, nuevamente, en los últimos minutos se fueron a por la victoria con todo y la consiguieron con un gol en el añadido de Miguel Román. 1-2 y segundo triunfo consecutivo en Liga.

Segundo triunfo en Liga porque, antes, en Copa del Rey y en Europa League, el equipo siguió con su racha fuera de casa. En Navia, ante el modesto Puerto de Vega, lograba un triunfo solvente por 0-2 con un equipo plagado de suplentes y canteranos. En Zagreb, el Celta realizó una exhibición ante un rival que estaba con un punto más en la clasificación y logró vencer 0-3. En el Maksimir Stadium solamente había perdido dos partidos en el último año y medio el Dinamo de Zagreb.

Y este fin de semana llegó el partido en Vitoria. Estaba cómodo el Alavés con 15 puntos en la tabla después de una buena cosecha en el arranque de Liga. Llegaba el Celta con 13 puntos y con la posibilidad de hacerle a Coudet un “Osasuna”. Ganarles, superarles en la tabla, casi ganarles el goal average y crearles dudas. Y así fue. Uno de los partidos más sólidos defensivamente del equipo, que apenas concedió dos disparos tímidos de Aleñá y Mariano y un remate de cabeza de Boyé en el segundo palo. Iago Aspas demostró que sigue siendo un jugador determinante. Él inició la jugada, forzó el penalti y lo marcó desde los once metros. Primera portería a cero, tercera victoria consecutiva en Liga y quinta consecutiva como visitante en la temporada. El Celta se pone con 16 puntos y deja al Alavés un punto por debajo en la tabla.

Ahora falta enderezar el rumbo como local para seguir creciendo en la clasificación y sumando puntos. Todavía no sabe lo que es ganar en casa. Fuera de casa sus números son de equipo grande. Ya en el final de la temporada pasada, perdió por la mínima en Bernabéu y Montjuic y fue capaz de ganar en Mallorca, Anoeta y Getafe. El Celta disfruta como visitante.