25N: Reflexión, denuncia y retrocesos en la lucha contra la violencia machista
Cristina Bajo advierte del avance del discurso negacionista entre la juventud

25N: Cristina Bajo, socióloga e activista feminista
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A Coruña
Cada 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las instituciones, colectivos sociales y movimientos feministas vuelven a alzar la voz contra la violencia machista en todas sus formas. Pero más allá de esta fecha marcada en el calendario, la realidad evidencia la necesidad de mantener una denuncia constante y un trabajo diario para combatir un problema estructural que sigue muy presente.
En Radio Coruña, la socióloga y activista feminista Cristina Bajo ofreció una reflexión profunda sobre el momento actual de la lucha feminista y los retos que se presentan en un contexto social cada vez más polarizado.
Un día para denunciar, un año entero para actuar
Cristina Bajo subraya que el 25N es una jornada esencial para visibilizar la violencia machista, pero recuerda que el compromiso debe ser continuo. La violencia contra las mujeres adopta múltiples expresiones: económica, laboral, sexual, sistémica e institucional. Esta última, la violencia institucional y judicial, es una de las que más le preocupan en la actualidad.
La activista apunta a sentencias injustas, custodias compartidas impuestas y a la falta de garantías de vivienda y empleo para las mujeres que sufren violencia. Un conjunto de factores que, en la práctica, siguen dificultando la salida de muchas víctimas de situaciones de maltrato.
El avance del discurso negacionista entre la gente joven
Uno de los fenómenos más alarmantes para Cristina Bajo es la expansión del discurso antifeminista y negacionista en las redes sociales. Un mensaje promovido, según denuncia, por sectores de ultraderecha y que está calando con especial fuerza entre la juventud.
Conceptos que parecían superados —como las falsas denuncias, el cuestionamiento del derecho al aborto o narrativas manipuladas sobre la ley de libertad sexual— están reapareciendo con fuerza. La activista recuerda que incluso se están difundiendo ideas nuevas y peligrosas, como el supuesto “post-trauma del aborto”, sin respaldo científico ni social.
De lo privado a lo público: cuando el machismo se verbaliza sin pudor
Cristina Bajo identifica un cambio significativo en la forma de expresar opiniones machistas. Antes, señala, muchos hombres podían sostener una postura negacionista en privado, pero no se atrevían a verbalizarla en público. Hoy esa barrera parece haberse roto: comentarios que antes se susurraban ahora se dicen en voz alta, tanto en espacios sociales como en el entorno digital.
Paralelamente, quienes defienden una sociedad igualitaria sienten una creciente presión para callar. La deslegitimación del discurso feminista —acompañada de burlas, bulos y desinformación— busca restarle valor a los avances logrados y desacreditar a quienes alzan la voz.
Galicia se moviliza: actos institucionales y protesta social
El 25N se vive en Galicia con numerosos actos públicos. La Delegación del Gobierno y la Diputación de A Coruña celebraron sus eventos por la mañana, mientras que la Xunta de Galicia convoca su acto institucional en Expo Coruña, con la presencia del presidente Alfonso Rueda.
Además del plano institucional, la movilización ciudadana marca el pulso de la jornada. La Marcha Mundial das Mulleres organiza concentraciones y manifestaciones en distintos puntos del territorio gallego. En A Coruña, la cita es a las 20:00 horas en el Obelisco, un punto simbólico para las reivindicaciones feministas.
Un 25N que invita a mirar atrás… y a no retroceder
La reflexión de Cristina Bajo resume una preocupación compartida por numerosos colectivos feministas: la sensación de estar asistiendo a retrocesos sociales, impulsados por discursos negacionistas y por una creciente influencia de la ultraderecha en el debate público.
Aun así, el 25N sigue siendo un día de reivindicación, memoria y lucha. Una jornada para recordar que la violencia machista no es inevitable, sino estructural; y que combatirla requiere compromiso político, responsabilidad institucional y participación ciudadana.




