La mirada de Jorn Lucas: Rhodes and me
El periodista neerlandés nos cuenta sus similitudes con James Rhodes

La mirada de Jorn Lucas: Rhodes and me
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A Coruña
El pasado fin de semana fuí por primera vez a un concierto del pianista británico James Rhodes. La ovación en pie del —no totalmente lleno— auditorio de Palexco, en A Coruña, fue más que merecida.
Hace tres años tenía que haber ido ya a un concierto de él. Pero en lugar de eso fuí a las urgencias del Chuac. Digamos que disfruté un poco demasiado de la buena comida de aquí. Por cierto, aquel día el equipo del Sergas ya me dejó una impresión imborrable. Y aún la mantengo.
Volvamos a Rhodes, el virtuoso con un pasado turbulento que se reencontró a sí mismo al venir a vivir a España. Eso solo fue posible porque España también lo abrazó y lo recibió como a uno de los suyos. It takes two to tango…
En 2022, viví algo parecido, aunque España no era un territorio desconocido para mí.
Ahí termina cualquier comparación posible entre Rhodes y yo. Salvo que ambos venimos del norte de Europa y ambos hablamos un gallego bastante regular - yo peor que él.
Mi punto es que dice mucho sobre un país cuando es capaz de dar una bienvenida así. Un país que es capaz de hacer esto, y de mejorar su economía también gracias a los inmigrantes - sólo puede tener un buen corazón.
Que aun así hay gente diciendo que echan de menos los tiempos de hace más de cincuenta años, mientras cantan Cara al sol con el brazo en alto… eso tiene que ser fake news. Igual que la condena al fiscal general del estado. Todo eso no puede ser verdad. ¿No…?




