Diagnóstico tardío y estigma: las dos barreras que frenan la lucha contra el sida

A Coruña

Cada 1 de diciembre el mundo vuelve la mirada hacia la lucha contra el VIH y el sida. Una jornada impulsada por la Organización Mundial de la Salud que busca sensibilizar, prevenir nuevas infecciones y apoyar a quienes viven con el virus. En el área sanitaria de A Coruña, la realidad presenta avances importantes, pero también retos que siguen muy presentes.

En La Ventana de las Rías hemos hablado con dos voces clave en este ámbito: Pilar Vázquez, médica internista del CHUAC, y Sonia Valbuena, presidenta del Comité Antisida de A Coruña (CASCO). Sus testimonios muestran un panorama en el que conviven la mejora de los tratamientos con dificultades aún sin resolver, como el diagnóstico tardío o el estigma social.

La estabilidad de los contagios y el problema del diagnóstico tardío

La doctora Pilar Vázquez explica que, aunque en España la tendencia general del VIH desciende, en el área sanitaria de A Coruña el número de casos se mantiene estable. Cada año se registran entre 40 y 45 nuevas infecciones, una cifra que incluso podría superar la del año anterior.

El perfil más habitual de las nuevas infecciones corresponde a hombres que tienen sexo con hombres, de entre 25 y 45 años. Sin embargo, el mayor problema no está solo en quién se infecta, sino en cuándo se diagnostica. La médica advierte de que buena parte de los casos siguen llegando en fases avanzadas, cuando el sistema inmunitario ya presenta defensas muy bajas.

La falta de conciencia social es una de las principales causas. Muchas personas no se sienten en riesgo, no se consideran dentro de los colectivos vulnerables y no piensan en hacerse una prueba hasta que aparece algún síntoma. El diagnóstico tardío es especialmente frecuente en mujeres, hombres heterosexuales y personas mayores de 50 años.

Los esfuerzos de cribado en Urgencias y los test rápidos

El CHUAC ha reforzado en los últimos años los programas de cribado en Urgencias. Determinadas enfermedades o infecciones, como neumonías en jóvenes, mononucleosis, herpes zóster o infecciones de transmisión sexual, actúan ahora como señales de alarma para recomendar una prueba de VIH. Aunque el sistema funciona, aún podría aplicarse con mayor regularidad en el ritmo acelerado de las urgencias hospitalarias.

A esta estrategia se suman los test rápidos promovidos por CASCO, especialmente en zonas de ocio nocturno. Estas unidades móviles acercan el diagnóstico a la población joven y, aunque no detectan un gran volumen de casos, cada resultado positivo supone una oportunidad para iniciar tratamiento precoz y evitar nuevas transmisiones.

La vida con VIH hoy: tratamientos eficaces y sin renunciar a la calidad de vida

Pilar Vázquez subraya el enorme avance científico de las últimas décadas. La historia del VIH es reciente, pero en apenas 40 años se ha pasado de una infección mortal a una enfermedad crónica perfectamente controlable. Los tratamientos actuales son muy eficaces, fáciles de administrar y con mínimos efectos secundarios.

Por este motivo, ya no se habla de pacientes con VIH, sino de personas que viven con VIH. Con el virus bien controlado, la esperanza y la calidad de vida no difieren de las de cualquier persona sin infección. A pesar de estos logros, la doctora recuerda que aún estamos lejos de poder hablar de una cura o de una vacuna: la prevención y el diagnóstico precoz siguen siendo esenciales.

El trabajo de CASCO y el estigma social que aún persiste

La presidenta de CASCO, Sonia Valbuena, confirma uno de los datos más preocupantes: cerca del 50 % de los diagnósticos siguen siendo tardíos. Aunque el número de infecciones se ha reducido con los años, la cifra permanece estancada en un “suelo de cristal” difícil de romper.

Valbuena insiste en que el virus no es hoy el mayor enemigo, sino el estigma que lo acompaña. El VIH continúa vinculado a tabúes como las drogas o la sexualidad, y esa barrera social genera silencio, miedo y retrasos en la búsqueda de información o ayuda. A esto se suma un problema creciente: entre un 30 y un 50 % de las personas que viven con VIH padecen ansiedad o depresión, un desafío para la salud mental que requiere más atención e inversión.

Hablar del VIH para combatir el tabú y mejorar la prevención

La dificultad para hablar públicamente del VIH es, en opinión de Valbuena, uno de los grandes obstáculos. Significa hablar de drogas, sexo, desigualdad social, educación y prejuicios. Y aunque la medicina ha avanzado, la conversación pública aún va por detrás. Normalizar el tema es clave para que más personas se sientan capaces de pedir información, hacerse la prueba y consultar sin miedo.

Los mensajes del Día Mundial del Sida

Para la doctora Pilar Vázquez, la prioridad es clara: prevención y diagnóstico temprano. Toda persona sexualmente activa debería hacerse una prueba al menos una vez en la vida.

Sonia Valbuena aprovecha este día para recordar que el VIH es responsabilidad de toda la sociedad. La protección es un acto individual, pero el apoyo a las asociaciones y la lucha contra el estigma deben ser compromisos colectivos. También reclama a las administraciones públicas que mantengan las ayudas, porque la lucha contra el VIH “ya no está de moda” pero sigue siendo necesaria.

Un camino avanzado, pero aún inacabado

La ciencia ha transformado el VIH en una enfermedad controlable, pero los desafíos sociales persisten. Diagnósticos tardíos, tabúes, falta de educación sexual y retrocesos en la financiación pública dibujan un escenario en el que aún queda mucho por avanzar.

El mensaje común es claro: informarse, hablar sin miedo, protegerse y normalizar el VIH son pasos fundamentales para seguir avanzando hacia una sociedad más justa, más informada y libre de estigma.