Fernando Álvarez de Sotomayor 1875-1960: la exposición que redescubre al maestro gallego en la Fundación Barrié
Diego Rodríguez, responsable de Cultura de la Fundación Barrié, destaca la excelente acogida

Diego Rodríguez, responsable de Patrimonio y Cultura en la Fundación Barrié
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A Coruña
Durante las últimas semanas —y también durante las próximas— puede visitarse en la Fundación Barrié la exposición Fernando Álvarez de Sotomayor 1875-1960, una completa retrospectiva que conmemora el 150 aniversario del nacimiento del artista ferrolano. Tras varias semanas abierta al público, llega el momento ideal para detenerse en ella, descubrir sus claves y abordar cómo está siendo recibida por los visitantes.
En Hoy por Hoy A Coruña, Diego Rodríguez, responsable de Cultura de la Fundación Barrié, destaca la excelente acogida y señala que el público «no necesita ser experto para conectarse con la maestría y la técnica» de Sotomayor. La muestra busca precisamente eso: ir más allá del Sotomayor conocido y revelar un universo artístico mucho más amplio de lo que la mayoría esperaba.
El Sotomayor que no conocíamos: formación, viajes y versatilidad pictórica
La exposición se abre con un cuadro impactante: La familia del anarquista odiada, su ejecución, una obra lúgubre y cargada de simbolismo social que recuerda a los primeros trabajos de Picasso. Con esta pieza, Sotomayor obtuvo el segundo Premio de Roma, quedándose a las puertas del primero por su dureza temática.
A partir de ese momento, sus viajes por Europa serían decisivos. Con contacto directo con la pintura mediterránea, los maestros flamencos y el legado de Rembrandt, el artista desarrolla una formación extraordinariamente diversa.
Un pintor influido por Europa (y por Galicia)
Aunque viajara por toda Europa, la gran revelación estética de Sotomayor sería su regreso a Galicia en 1906, con motivo de la boda de su hermano. Allí descubre una Galicia que transforma en pintura: una visión idealizada y mítica, donde confluyen el regionalismo, la llamada “melancolía céltica” y un folclore reinventado por él mismo.
Rodríguez explica que no puede catalogarse exactamente como costumismo, pues Sotomayor crea «un mundo irreal inventado», pero profundamente evocador.
Otro de los grandes pilares de la exposición es su faceta como retratista. Sotomayor retrató al rey Alfonso XIII, a la reina Victoria Eugenia, al duque de Alba, así como a figuras clave de la cultura gallega como Wenceslao Fernández Flórez. Aunque pueda parecer poco psicologista a primera vista, sus retratos revelan gestos precisos que reflejan la personalidad e incluso el humor de sus modelos.
La influencia de Sotomayor en Chile: un legado poco conocido
Uno de los aportes más reveladores de la muestra es el papel de Sotomayor en la formación de la Generación del 14 en Chile. Allí fue enviado siendo muy joven, antes incluso de desarrollar su etapa regionalista gallega. Su técnica, su enfoque y su criterio académico marcaron profundamente a los pintores chilenos, aunque estos derivarían hacia un arte social que él no desarrollaría en profundidad.
Para el público gallego, este dato es «sorprendente y necesario», subraya Rodríguez, ya que sitúa a un artista gallego en el origen de una de las etapas clave de la pintura del país sudamericano.
Sotomayor desarrolló buena parte de su carrera en plena ebullición de las vanguardias. Mientras otros defendían fórmulas marcadas dentro del regionalismo o del nacionalismo, él se mantuvo fiel a su estilo personal, inconfundible y muy reconocible en sus romerías y escenas populares.
Lejos de ser un imitador de tendencias, su obra demuestra una sólida construcción técnica y una mirada particular que define su identidad artística.
Una exposición compleja y única: restauraciones, préstamos y descubrimientos
Rodríguez explica que el montaje de la exposición ha sido «muy complejo», ya que muchas obras no se habían visto nunca en Galicia ni en sus lugares de procedencia. Entre ellas destaca el retrato de la reina Victoria Eugenia, procedente de una embajada donde no ocupaba un lugar visible.
La muestra ha permitido, además, restaurar obras procedentes de colecciones privadas, algunas de las cuales presentaban barnices envejecidos o condiciones de conservación deficientes. Gracias a la intervención de restauradores del Museo del Prado, muchas piezas lucen ahora como no se veían desde hace décadas.
La exposición Fernando Álvarez de Sotomayor 1875-1960 permanecerá abierta hasta el 11 de enero en la Fundación Barrié. Una oportunidad excepcional para redescubrir a uno de los nombres fundamentales de la pintura gallega y española.
Una cita imprescindible para amantes del arte y la historia gallega
Esta exposición no solo rescata la figura de Sotomayor, sino que amplía nuestra mirada, revelando al pintor viajero, al formador internacional, al retratista de élite y al creador de un imaginario gallego único. Un recorrido profundo y emocionante que invita a comprender al artista más allá de los clichés.
Si te interesa la historia del arte, la cultura gallega o las raíces de nuestro imaginario visual, esta muestra es un evento imprescindible.




