Solo diez mariscadores vuelven a la Ría do Burgo tras el parón: el sector intenta recomponerse
El marisqueo vuelve a la Ría do Burgo tras cuatro años de parón
Jennifer Álvarez, portavoz de las mariscadoras de la ría de O Burgo
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A Coruña
La Ría do Burgo, uno de los espacios marisqueros más emblemáticos del área coruñesa, vive un momento clave con el regreso de la actividad extractiva después de cuatro años suspendida. La reapertura llega tras completarse el proceso de dragado y regeneración, una intervención largamente reivindicada por el sector.
Un regreso entre la emoción y la incertidumbre
La vuelta al trabajo estuvo marcada por sensaciones encontradas. Según la portavoz de las mariscadoras, Jennifer Álvarez, los profesionales se enfrentan a una ría muy distinta a la que conocían. Explica que han regresado “con un poco de miedo”, porque la morfología del fondo ha cambiado y obliga a reaprender rutas, canales y puntos de trabajo.
Los arenales ya no son los mismos: algunos se han reducido, otros desaparecieron y en varias orillas han aparecido huecos y desniveles.
Primeras capturas: producción modesta pero con potencial
En la primera jornada acudieron a trabajar entre diez y once mariscadores. Las mareas no fueron favorables, lo que limitó el rendimiento. Aun así, se recogieron alrededor de 20 kilos de almeja babosa y japónica, y entre 30 y 40 kilos de berberecho.
Estas capturas proceden de zonas de libre marisqueo, ya que las áreas donde el dragado fue más profundo aún no se están explotando. El marisco encontrado es resultado tanto del cultivo previo como del que se ha conservado durante estos años.
El colectivo dispone ahora de varios días autorizados para retomar la actividad. En diciembre quedan aún nueve jornadas de trabajo y para enero esperan conseguir catorce días más, siempre condicionados por las mareas y por las decisiones administrativas.
Estas semanas servirán para evaluar la evolución del marisco y el estado real de la ría.
¿Volverá la ría a su nivel de productividad?
La esperanza está presente, pero también la cautela. Las mariscadoras confían en que la Ría do Burgo recupere su riqueza, aunque subrayan que es necesario corregir algunos fallos del dragado.
Entre las mejoras solicitadas destacan la recuperación del tamaño original de ciertos arenales, la corrección de huecos generados en algunas orillas y la revisión de zonas donde el fondo quedó irregular.
Estas reclamaciones ya han sido trasladadas al Ministerio y a la Unión Europea, que han comunicado que estudiarán la situación y darán respuesta.
Indemnizaciones aún pendientes y un sector reducido
Queda por resolver también la cuestión de las indemnizaciones reclamadas por los cuatro años de inactividad, un asunto que sigue sin resolución clara y en el que administraciones autonómica y estatal se han repartido responsabilidades.
El sector, además, llega mermado: de unas 60 personas censadas inicialmente, solo unas diez han regresado por ahora. Algunas se jubilaron, otras buscaron otros trabajos y hay quien no está en condiciones de volver.
Si la regeneración avanza y la producción aumenta, las mariscadoras ven factible que en el futuro se reabran licencias y permisos, lo que permitiría crear nuevos empleos y fortalecer la actividad en la ría. “Queremos una ría productiva para muchos años”, afirma Álvarez.
Un nuevo comienzo para la Ría do Burgo
El retorno del marisqueo supone un hito para la economía local y para el ecosistema de la ría. Tras años de espera, comienza una etapa de observación, adaptación y trabajo conjunto entre administraciones y profesionales.
La Ría do Burgo empieza así un camino esperanzador, con desafíos todavía pendientes pero con la voluntad firme de recuperar la riqueza que siempre la caracterizó.
