Las "grandes penalidades" del Celta

Vigo

El Celta tiene el extraño honor de ser el equipo líder indiscutible de una clasificación absolutamente desproporcionada. En la temporada en la que se dijo que “no había que pitar los penaltitos, que había que unificar criterios con las manos o que el VAR tenía que ser menos intervencionista", han sacado al Celta de esa ecuación. Parece como si, con la llegada de un vigués al CTA, Fran Soto, haya como un exceso de celo para que nadie tenga la más mínima sospecha de que, por paisanaje, el arbitraje puede favorecer en algo al equipo de su ciudad. Llama poderosamente la atención que el Celta lleve 6 penaltis en contra en lo que va de Liga. Siendo, además, un equipo que tiene, en muchos partidos, más del 60% de posesión. Es el equipo líder, con solamente el Sevilla con 5 y el Oviedo con 4 haciéndole algo de sombra.

Para que la gente pueda calibrar lo que esto supone. Hay 4 equipos con 3 penaltis en contra; están Osasuna, Girona, Barça y Mallorca. Con dos están el Real Madrid, Rayo, Villarreal y Real Sociedad. Con uno en contra se encuentran Levante, Espanyol, Alavés, Elche, Betis y Atlético de Madrid. Incluso hay un equipo, casualmente nuestro rival, que ni los árbitros de campo ni los árbitros de VAR han considerado que han tenido alguna jugada polémica en su área. El Athletic lleva 0 penaltis en contra en 16 partidos.

En el otro lado está un Celta que los ha tenido de todos los colores y para todos los gustos. Desde una mano de espaldas de Carlos Domínguez en Elche a otra mano de Javi Rodríguez en un despeje en el Ciutat de Valencia. Completando el hat-trick de manos está el tiro del día del Celta-Barcelona que nadie vio y que el árbitro de VAR consideró que había que llamar al árbitro por mano de Marcos Alonso. Es decir, los de Giráldez han tenido todas las papeletas del sorteo de manos punibles en la 25-26. Pueden usar los partidos del Celta para la reunión de este verano del CTA. No les hace falta mucho más.

También penalti por leve contacto de Carreira sobre Iñaki Williams cuando el balón se le escapaba por línea de fondo al delantero. Trujillo Suárez decidió llamar a un Hernández Hernández que decidió hacerle caso y cambiar su postura. Hernández Hernández si consideró que el toque de Carreira o, como han dicho algunos árbitros comentaristas, uno de esos penaltitos, había que pitarlo. El árbitro canario recordado en Balaídos por su extraordinaria capacidad para calibrar la intensidad del agarrón de Jesús Navas a Douvikas en el minuto 89 que acabó rectificando en el VAR. Consideró que no tenía la fuerza necesaria para tirar a un “mangallón como Douvikas”. El mismo que le anuló un gol a Jailson de cabeza contra el Rayo por una supuesta falta de Carlos Domínguez a Óscar Valentín en una zona diferente a la del remate.

El Celta también tuvo penalti de Aidoo con Abel Bretones con la cadera, que los comentaristas arbitrales también calificaron de penaltito. Todos los penaltitos, de esos que decían que no se iban a pitar, se los están señalando al Celta. El agarrón de Manu Fernández a Budimir no ofrece duda alguna y fue penalti claro.

Con esta estadística para echarse a temblar de 2 penaltis a favor y 6 en contra, el Celta ha tenido cierta baraka para transformar esos números gruesos en algo anecdótico. Pero lo ha hecho sin ayuda. Solamente con fortuna, intuición de Radu y desacierto rival. Los lanzamientos de los once metros han sido una “grande penalidade”, que dirían en Portugal, para los lanzadores.

Este domingo fue Nico Williams el que se confió en el golpeo y le estaba esperando Radu abajo. Buena parada para mantener el 2-0. También había parado el portero rumano, con una grandísima estirada, un lanzamiento desde los once metros de Rafa Mir en el Martínez Valero. Además de las paradas, su buena intuición llevó a Ante Budimir o a Etta Eyong a intentar ajustar mucho sus lanzamientos. La panenka con mucho liftado del delantero croata se fue por encima del larguero y Osasuna perdió una oportunidad para adelantarse en el marcador.

El delantero camerunés del Levante quiso ajustar tanto su disparo raso al palo, que acabó pegando en el poste y saliendo hacia la banda. Cuatro lanzamientos fallados por los rivales y solamente dos aciertos. Budimir engañó perfectamente a Radu en su primer lanzamiento en el Osasuna-Celta y Lewandowski anotó desde los once metros, pero a punto estuvo de pararlo el portero celeste.

No está mal la estadística de 6 penaltis pitados, pero tampoco está nada mal que solamente le marcaron a los celestes 2 de esos 6. Otro dato para reflexionar. Al finalizar la temporada 24-25, hubo 10 equipos con 6 penaltis o menos pitados en contra. La mitad de la Primera División. Esta temporada no hemos llegado a Navidad y el Celta, por criterio arbitral, ya ha igualado a la mitad de la Liga 24-25. Vamos a por el récord de grandes penalidades que dirían en Portugal.