Bebidas energéticas y cigarrillos electrónicos, bajo el mismo control que el alcohol y el tabaco
Galicia prohíbe la venta de vapeadores y bebidas energéticas a menores

Bebidas energéticas y cigarrillos electrónicos
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A Coruña
El Parlamento de Galicia ha aprobado el Proyecto de Ley de Protección de la Salud de las Personas Menores en la Prevención de las Conductas Adictivas, una norma pionera que prohíbe la venta de vapeadores y bebidas energéticas a menores de edad. La ley salió adelante con los votos a favor del Partido Popular de Galicia y la abstención de los grupos de la oposición.
Con esta decisión, Galicia se convierte en la primera comunidad autónoma de España en regular el consumo de estos productos, equiparándolos al tabaco y al alcohol en el ámbito de la protección de la salud de los menores.
El objetivo de la norma es reducir el acceso temprano a sustancias con potencial adictivo y prevenir problemas de salud en niños y adolescentes. Para analizar su alcance, hablamos con Jaime Fraga, jefe de Prevención de Conductas Adictivas de la Consellería de Sanidade.
Cigarrillos electrónicos, no “vapeadores”
Fraga aclara que es más adecuado hablar de cigarrillos electrónicos y no de vapeadores, ya que lo que se inhala no es vapor de agua, sino un aerosol que contiene sustancias perjudiciales, como aromatizantes y saborizantes.
Aunque durante años se presentaron como una alternativa menos dañina al tabaco, la evidencia científica indica que también tienen efectos negativos para la salud, motivo por el cual se ha decidido prohibir su venta a menores.
Efectos sobre la salud y riesgo de adicción
Según explica el responsable sanitario, los efectos de los cigarrillos electrónicos pueden ser similares a los del tabaco convencional, aunque todavía están menos estudiados a largo plazo. En muchos casos contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva.
En el caso de los menores, el riesgo es mayor porque el cerebro aún está en desarrollo, lo que hace que estas sustancias tengan un impacto más intenso. Además, se ha observado que el uso de cigarrillos electrónicos puede convertirse en la puerta de entrada al consumo de tabaco tradicional.
Desde Sanidade insisten en que no se recomiendan para dejar de fumar, ya que existen tratamientos con apoyo farmacológico y psicológico disponibles en los centros de salud, que han demostrado ser eficaces.
El aumento del consumo de bebidas energéticas
La ley también actúa sobre las bebidas energéticas, cuyo consumo entre menores ha aumentado de forma notable desde 2018. Los estudios y los equipos de prevención detectaron que muchos adolescentes las consumen como si fueran un refresco más.
En los centros de salud se han registrado casos de trastornos del sueño, nerviosismo y taquicardias, problemas que están relacionados con el alto contenido en cafeína, el principal componente de estas bebidas.
La cafeína como factor de riesgo
La nueva normativa toma como referencia las bebidas que contienen 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros, consideradas las más perjudiciales para los menores. El efecto de la cafeína depende del peso y de la cantidad ingerida, pero en adolescentes puede provocar alteraciones importantes.
Fraga advierte de que la cafeína es una sustancia psicoactiva y que, en determinados casos, puede generar tolerancia y dependencia, aunque no sea lo más habitual.
El peligro de mezclar alcohol y bebidas energéticas
Uno de los aspectos más preocupantes es el consumo combinado de bebidas energéticas y alcohol. La cafeína reduce la sensación de embriaguez, pero no elimina los efectos del alcohol, lo que puede llevar a consumir mayores cantidades sin ser consciente del riesgo.
Esta mezcla incrementa la probabilidad de alcanzar niveles elevados de alcohol en sangre, con las consecuencias que eso supone para la salud.
Venta diferenciada y sensibilización
La ley no se limita a la prohibición de venta a menores. También establece que las bebidas energéticas deberán colocarse en puntos de venta diferenciados de los refrescos, para evitar confusiones.
Además, se reforzarán los programas de sensibilización en centros educativos y las acciones dirigidas a las familias, con el objetivo de que se entienda que no son productos inocuos.
Desde la Consellería de Sanidade confían en que esta norma contribuya a reducir progresivamente el consumo de cigarrillos electrónicos y bebidas energéticas entre menores. Galicia da así un paso adelante y marca un precedente a nivel estatal en la protección de la salud infantil y juvenil.




