"Grandes penalidades" celestes en Albacete

Vigo

El Celta dice adiós a la Copa del Rey en un partido para olvidar y en una tanda de penaltis que asustaría al niño de "El Sexto Sentido". Tres penaltis lanzados y tres fallados. Ni Hugo Álvarez, ni Mingueza, ni Iago Aspas atinaron con la portería. Si a esto le añadimos la poca capacidad intuitiva de Iván Villar en las dos tandas coperas contra Sant Andreu y Albacete, estamos ante un verdadero caso de “grandes penalidades” celestes.

La puesta en escena del Celta en el Carlos Belmonte no fue la mejor. Sin delantero centro, con Jones de falso 9 y con muy poquito fútbol durante 45 minutos. El Alba aprovechó su única ocasión de la primera mitad para ponerse 1-0 y romper los esquemas de Claudio Giráldez. Supo gestionar muy bien esa ventaja mientras el Celta no encontraba nada de fútbol.

Después de un primer tiempo entre el nihilismo futbolístico y la escasez de mordiente, el descanso cambió un poco el panorama con la entrada de Borja Iglesias. El Panda fijó a los centrales del Alba y fue un soplo de aire fresco. El Celta fue capaz de empatar el partido a balón parado con un testarazo de Yoel Lago que no pudo parar Raúl Lizoain. Antes la había tenido Jones con un centro-chut que estuvo a punto de colarse. Incluso el marroquí falló la de Cardeñosa a puerta vacía. Jugada que pasará a la historia de los "frangos celestes", como dirían en Portugal. Borja Iglesias tuvo la oportunidad de marcar un golazo, pero fue anulado por fuera de juego. Era offside claro. Pero a la segunda no perdonó. Mingueza filtra un balón perfecto y el Panda la mata con el pecho y remata con la puntera para picar. Golazo para poner el 1-2.

La mala suerte del equipo es que, cuando ya había agotado los cambios, Borja Iglesias se lesionó. Estuvo en el campo, pero era más por hacer número que por posibilidades reales de poder ayudar algo. Y eso lo aprovechó el Albacete en la penúltima del partido. Se descuelga en ataque Jesús Vallejo, Mingueza concede el centro lateral y el ex del Real Madrid cruza de cabeza. Tocaba irse a la prórroga. Un carísimo peaje en un tiempo añadido mal gestionado por los de Giráldez.

El tiempo extra fue un quiero y no puedo de un Celta demasiado plano y que no encontró demasiadas ayudas para un Iago Aspas que lo intentó hasta la extenuación. Todos buscaban al 10. Le falta precisión y finura, pero se vació en el partido. Ojalá sirviese como ejemplo para otros jugadores que estuvieron en el primer tiempo sobre el terreno de juego, pero no jugando en él. Con un Albacete firmando los penaltis, el Celta lo fio todo a la diosa fortuna de los 11 metros. Lo hizo sin Radu el talismán al que le han marcado solamente 2 de los 6 penaltis que le han tirado. Iván Villar no tuvo su noche, pero los lanzadores pusieron el broche de oro a esta pesadilla antes de Navidad.

Y ya venía avisando tormenta en Copa el equipo porque tardó 51 minutos en marcarle a un regional preferente como el Puerto de Vega, fue a los penaltis y gracias contra el Sant Andreu y, hoy, perdió desde los once metros. Grandes penalidades celestes. A pensar en el Oviedo y de la Copa ya hablaremos para el año.