A Coruña Opina: conciertos, festivales y salas, ¿equilibrio posible?

A Coruña

La última edición de A Coruña Opina de este año 2025, dentro del programa Hoy por Hoy, sirvió para reafirmar el espíritu con el que nació este espacio: promover el diálogo y el intercambio de opiniones sobre los asuntos que ocupan y preocupan a la ciudadanía coruñesa.

Este 2025 ha sido también un año de cambios para el programa, que trasladó su emisión del tradicional domingo a los jueves, manteniendo su vocación de análisis pausado y conversación abierta. Y en esta edición final del año, el debate se centró en un tema clave: la gestión de la actividad cultural, con especial atención a la música en directo y los conciertos en A Coruña.

Grandes conciertos, festivales y salas: un ecosistema en tensión

Durante las últimas semanas se han ido anunciando numerosos conciertos para 2026, muchos de ellos con una antelación de casi un año y protagonizados por algunos de los artistas más populares del momento. La mayoría de estos grandes eventos se celebrarán en espacios como el Coliseum, consolidando una tendencia que se ha intensificado en los últimos años.

A esta dinámica se suma la eclosión de los festivales musicales, que se han convertido en algunos de los principales eventos de ocio del calendario, atrayendo a miles de personas y a un público que, en muchos casos, enlaza un festival con otro.

Sin embargo, junto a estos grandes formatos, existe una intensa actividad cultural en las salas de conciertos independientes, que programan actuaciones de pequeño y mediano formato, muchas veces con artistas internacionales y una oferta musical de gran calidad.

La voz de las salas de conciertos

En el programa participó Tomi Legido, vicepresidente de Clubtura, la asociación gallega de salas de conciertos, que puso sobre la mesa la preocupación del sector ante la avalancha de grandes anuncios.

Desde las salas se observa con inquietud cómo la venta anticipada de entradas para grandes conciertos —en algunos casos con precios elevados— puede restar público a los conciertos de menor formato. Un problema que se agrava en un contexto de encarecimiento del coste de la vida, donde el gasto cultural del público es limitado.

Clubtura agrupa en Galicia a unas 40 salas, que organizan alrededor de 4.000 conciertos al año. Solo en A Coruña, las salas asociadas superan las 600 actuaciones anuales, una cifra que refleja el peso real de este circuito en la vida cultural de la ciudad.

Música en bares y el día a día de los músicos

El debate también dio voz a los músicos que trabajan en el circuito local. José Brea, cantante con una intensa actividad en locales y eventos privados, explicó cómo se vive la música desde dentro: una profesión que exige versatilidad, constancia y adaptación continua.

La conversación abordó la realidad de la música en directo en bares, muy presente en A Coruña, pero situada en ocasiones en una frontera legal compleja. Tanto músicos como promotores coincidieron en la necesidad de una regulación clara que permita compatibilizar esta actividad con el trabajo de las salas de conciertos y el descanso vecinal.

¿Es sostenible el actual modelo musical?

Otro de los invitados fue Héctor César, director de Noites do Porto, que defendió la importancia de buscar un equilibrio entre grandes eventos, festivales y salas, apostando por la colaboración entre promotores.

Desde su punto de vista, la actual ebullición de la música en directo es una oportunidad, siempre que se gestione con planificación y visión de conjunto. La comparación con otros países europeos sirvió para subrayar la importancia de una educación cultural que fomente el respeto y la valoración de la música desde edades tempranas.

A Coruña Opina: diálogo para construir cultura

La edición cerró reafirmando la idea de que A Coruña cuenta con un ecosistema musical diverso y vivo, sostenido por una red de espacios, artistas, promotores y público que hacen posible que haya música en directo prácticamente cada semana del año.

Desde A Coruña opina, el programa vuelve a reivindicar el diálogo entre todos los agentes culturales como herramienta imprescindible para avanzar hacia un modelo más equilibrado, sostenible y justo para la música en la ciudad.