El sesgo de género en la salud: por qué muchas mujeres no reconocen los síntomas de un infarto
El 39 % de las mujeres no identifica un infarto

La Rebotica: El sesgo de género en la salud
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A Coruña
Como cada martes, abrimos la rebotica del programa para charlar con nuestra farmacéutica de referencia, Blanca González. En esta ocasión, la conversación gira en torno a una cuestión tan relevante como poco conocida: el sesgo de género en la salud, con especial atención a las enfermedades cardiovasculares, que siguen siendo la principal causa de muerte en mujeres en España.
La charla coincide con el lanzamiento de una campaña de sensibilización del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, cuyo objetivo es claro: ayudar a las mujeres a reconocer los síntomas del infarto y reducir los retrasos en la atención médica.
Un dato que preocupa: el 39 % de las mujeres no identifica un infarto
Según los datos presentados en la campaña, casi cuatro de cada diez mujeres no reconocen los síntomas de un infarto. Un porcentaje alarmante si se tiene en cuenta que, en este tipo de emergencias, el tiempo es un factor decisivo.
Tal y como se subrayó durante la presentación, en la que participó la doctora Ana Álvarez, cada minuto cuenta: acudir antes a urgencias puede marcar la diferencia entre salvar tejido cardíaco o sufrir daños irreversibles.
Cuando los síntomas no encajan con la imagen “clásica”
Durante años se ha interiorizado una imagen muy concreta del infarto, asociada sobre todo a los hombres: dolor intenso en el pecho o en el brazo izquierdo. Sin embargo, en las mujeres los síntomas pueden ser diferentes y más difusos, lo que dificulta su identificación.
Blanca González explica que muchas mujeres experimentan fatiga extrema, sensación de falta de aire, dolor en la mandíbula, en el cuello o entre los homóplatos, además de náuseas o malestar digestivo. Al no asociarse de forma inmediata a un problema cardíaco, estos signos se confunden con ansiedad, estrés o cansancio acumulado.
Este desconocimiento no solo afecta a las pacientes, sino que en ocasiones también se traslada al ámbito sanitario, retrasando el diagnóstico y el tratamiento.
El sesgo de género en la medicina, un problema histórico
El origen de esta situación está en un sesgo que la medicina arrastra desde hace décadas. Tradicionalmente, el cuerpo masculino se ha tomado como referencia universal, tanto para el estudio de los síntomas como para la investigación farmacológica.
Hasta hace relativamente poco, los ensayos clínicos incluían mayoritariamente a hombres. Aunque esta tendencia está cambiando, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas, lo que tiene consecuencias directas: mayor número de efectos adversos, dosis menos ajustadas y tratamientos que no siempre tienen en cuenta las diferencias fisiológicas.
El metabolismo de los medicamentos, su absorción, excreción e incluso el vaciado gástrico funcionan de forma distinta en mujeres y hombres, influenciados además por las fluctuaciones hormonales.
Las enfermedades cardiovasculares también son cosa de mujeres
Existe una falsa creencia de que las enfermedades del corazón afectan principalmente a los hombres. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre las mujeres en España, por delante incluso del cáncer.
El riesgo aumenta especialmente a partir de la menopausia, un momento clave en el que muchas mujeres no se sienten identificadas como población de riesgo y, por tanto, bajan la guardia en prevención y revisiones médicas.
Farmacias como puntos clave de información y prevención
La campaña del Colegio Oficial de Farmacéuticos se apoyará en material informativo visible en todas las farmacias, con carteles que muestran de forma clara las diferencias entre los síntomas en hombres y mujeres. Además, la difusión en medios de comunicación y redes sociales está siendo fundamental para ampliar el alcance del mensaje.
Los farmacéuticos desempeñan un papel esencial como agentes de salud de proximidad, resolviendo dudas y ayudando a que más mujeres identifiquen a tiempo los signos de alarma.
Cuidarse también es una forma de responsabilidad
Blanca González recuerda que muchas mujeres asumen el rol de cuidadoras y relegan su propia salud a un segundo plano. Reconocer los síntomas, acudir a urgencias cuando algo no va bien y realizar chequeos periódicos no es alarmismo, es prevención.
Porque, como insiste la campaña, reconocer un infarto a tiempo puede salvar la vida. Y la información, una vez más, se convierte en la mejor herramienta para hacerlo posible.




