"Mis padres pidieron un préstamo para poder terminar la obra de la casa"

LORCA

Lorca tiene casi al 100% curadas las heridas de los terremotos de mayo de 2011 pero a pesar del tiempo aún quedan flecos en la reconstrucción del municipio y en materia de las ayudas a los damnificados aún quedan algunos afectados, pocos vecinos, pero aún quedan. Es el caso de Antonio y Gertrudis, un matrimonio de Lorca que tuvo que demoler su vivienda ubicada en la huerta del municipio porque quedó dañada a consecuencia de los seísmos.

No fue hasta el año 2014, tres años después de los terremotos, cuando la Comunidad Autónoma le tramito el expediente para concederle la subvención para reconstruir la vivienda, concretamente la cantidad de 106.000€. Ese año les abonaron el 50%, comenzaron a construir y tuvieron que dejar su casa en "stand by" porque se acabó el dinero. Pasaron los años, los meses y los días y el dinero seguía sin llegar. "Presentamos todo tipo de papeles, informes, expedientes, facturas y nos decían que estaba todo bien pero que no sabían cuando nos iban a ingresar la cuantía", relata Lucia Bastida, hija de Antonio y Gertrudis, quien ha estado al pie del cañón junto a su hermana para ayudar a sus padres con todos los trámites administrativos.

Durante unos 9 años aproximadamente, este matrimonio estuvo viviendo con una hija hasta que decidieron pedir un préstamo y así poder termina la obra de la casa. "La casa se quedo a medias, parecía una obra abandonada hasta que un día mi padre decidió que eso no podía seguir así y terminaron la obra hace 2 años", indica Lucia que destaca que casualmente hace una semana recibieron una carta que decía que toda la documentación era correcta y les habían ingresado un 25%, es decir, desde 2014 hasta 2022, la comunidad le ha ingresado el 75% de la obra, unos 80.000€ pero aún falta la última parte.

"No sabemos más que presentar, tenemos una caja gigante con muchísima documentación, no entendemos porque tardan tanto. Mis padres son mayores y tienen miedo de que esto no se resuelva pronto", manifiesta esta lorquina.

La luz al final del túnel aún no la han visto porque falta la cifra de casi 27.000€ para poder terminar este capítulo de sus vidas. Once años de miedos, incertidumbres y mucha angustia, y todo por la maraña administrativa.