Ni un árbol menos

Cartagena

Esta mañana me he levantado de un sobresalto a eso de poco más de las 5 de la mañana al recibir el alarmante mensaje de varios amigos que me comunicaban que el precioso y monumental Pino Canario de Quitapellejos, el que está justo en frente de la parroquia iba a ser talado. Uno de ellos es uno de los mejores arboricultores de España, es cartagenero y a día de hoy presta su sabiduría y buena mano allá por Sevilla. ¡Sortudos esos sevillanos, sobre todo sus jardines!

El asunto es que manos a la obra me he puesto a contrastar información con otros compañeros y a golpe de tweet hemos lanzado un mensaje de alarma ante la ciudadanía que parece ha tenido efecto – eso pensaba yo, ahora les explicaré el por qué - ya que poco antes de marchar para la oficina he pasado por allí constatando que el arboricidio estaba en marcha; grúa, operarios,…pero todo, por suerte, parado.

Al dirigirme al responsable del servicio de jardinería me confirmaba que por ahora se paraba a lo que le he respondido que por ahora y por siempre. Que ese árbol era tan símbolo para unos como para la parroquia para otros y que además hablábamos de un ser vivo. Me aludía a que todo era cosa de Hidrogea, de que había una tubería que podría,… Mi respuesta fue que si hemos sido capaces de llegar a la luna o cruzar por debajo del canal de la mancha trenes seguro que habría ingenio de sobra en esa empresa para solucionar la papeleta sin asesinar a semejante ser vivo.

Después han llegado otros responsables y la verdad sea dicha, pese a que cumplían órdenes ninguno de ellos estaba en acuerdo con la decisión, todos hemos valorado en la breve conversación la belleza del árbol, y la innecesaria tala.

Más tarde he oído de todo, que llevaban años queriendo talarlo que la parroquia, algún cura que hoy ha marchado y algún otro “visionario” decían que el pino ensuciaba, que era peligroso, que era demasiado grande,… En fin! A saber que cada uno cargue con su conciencia…

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Mientras hablábamos , me despedía de todos ellos en un clima afable, de tranquilidad y armonía para nuestra almas , observando bajo la sombra del árbol a un grupo de vecinos sentados bajo su majestuosidad, en un banco allí dispuesto… ¡¡No estamos solos, estaban allí para evitar su tala, custodios de su barrio¡¡ conscientes de que talar un árbol, es como como cortar una arteria de nuestro cuerpo; aquello no lo había parado nuestro tweet, lo habían parado cuatros señoras de armas tomar; Vicki, Leo, Josefina y Ana Agüera y todos, hasta los ignorantes que no lleguen a entender la trascendencia de lo conseguido, TODOS debemos darles las gracias.

Lo seguirán haciendo, lo seguiremos haciendo, se sentarán, nos sentaremos allí por mucho más tiempo, lo tengo por seguro y todo gracias a vosotras.

¡GRACIAS!

Santiago del Álamo.