Historias desconocidas de Cartagena con Juan Manzanares

Cartagena

Muy buenas amigos. En la seguridad de que han disfrutado de nuestras magníficas Fiestas de Cartagineses y Romanos, retomemos la cotidianidad y nos demos un pequeño paseo por las pequeñas historias , anécdotas y sucesos curiosos ocurridos a lo largo de la historia en Cartagena, es decir, sus efemérides. Hoy veremos qué pasaba en distintas épocas en la semana del 26 de septiembre al 2 de octubre. Vamos a ello.

El 28 de septiembre de 1602, se manda pregonar la absoluta prohibición de cortar pinos y leña de los montes pertenecientes al término de Cartagena, ateniéndose a las leyes que hay sobre este asunto. Ya saben ustedes que, a lo largo de la historia de vez en cuando se prohibía cortar leña. Quizá de aquellos tiempos venía el dicho aquel de: Cartagena, montes sin leña…

El 28 de septiembre de 1748, el Rey Fernando VI, a propuesta del marqués de la Ensenada, expide una orden para que el capitán general del Departamento de Cartagena, primer marqués de la Victoria proceda al desarme de la Escuadra de Galeras y la extinción de aquel glorioso cuerpo. Prácticamente, la totalidad de los historiadores coinciden en que la Escuadra de Galeras fue un magnífico cuerpo.

El 26 de septiembre de 1923, muere don Ricardo Codorniú Stárico, gran ingeniero de Montes, llamado el Apóstol del Árbol, que había nacido en Cartagena el 6 de junio de 1846.

El 1 de octubre de 1967, abre sus puertas PROLAM, una asociación dedicada a ayudar a las personas afectadas por discapacidad psíquica o parálisis cerebral, así como a sus familias. Magnífica entidad a la que hay que darle más publicidad. Su labor es encomiable.

El 27 de septiembre de 1987, se juega el último partido de fútbol en el campo de El Almarjal, entre el Cartagena FC y el Castellón, con el resultado de 4 a 0, a favor del equipo local. Recordarán ustedes que, la semana pasada les comentaba que, en el partido de inauguración del mítico estadio Almarjal, perdimos frente al Valencia por 0-4. En la clausura ganamos 4-1.

El 30 de septiembre de 1990, se clausura en el muelle la primera edición de las fiestas de Carthagineses y Romanos. Ya saben ustedes que actualmente son unas fiestas, difíciles de superar, como mínimo en España, de las que estamos muy orgullosos en Cartagena.

El 30 de septiembre de 2020, hace dos años, se genera un clamor en Cartagena contra la instauración del tercer Juzgado de lo Mercantil en la capital regional, cuando se había acordado que se instaurase en Cartagena. En este sentido, los abogados de la trimilenaria y ciudad portuaria, el Ayuntamiento, así como diferentes asociaciones empresariales y mercantiles, solicitan al Gobierno central que se respete el emplazamiento acordado de manera unánime por diferentes instituciones. Parece que sí, que al final se instaurará en Cartagena.

Y, el 1 de octubre de 2020, también hace dos años, el jurado del concurso Plaza Mayor de Cartagena, convocado por la Autoridad Portuaria para remodelar la fachada marítima de la ciudad, ha elegido ganador, el proyecto La ventana del Puerto, cuyos autores son los arquitectos José Manuel Chacón y Enrique de Andrés, este profesor de la UPCT, además de ingenieros de caminos y docentes de la UPCT. Estos profesionales afirmaron al enterarse de la noticia, que esperan que sea «un proyecto que dé respuesta a necesidades ciudadanas».

Ya saben ustedes que el pasado 15 de septiembre se inauguró la primera fase en el escenario del Puerto.

En la Historias desconocidas de la Historia conocida, permítanme que les hable del personaje que les he comentado antes, RICARDO CODORNIÚ Y STÁRICO, apodado con el sobrenombre del Apóstol del Árbol.

Ricardo Codorniú y Stárico nació en Cartagena el 6 de junio de 1846, falleciendo el 26 de septiembre de 1923.

Fue un magnífico ingeniero de montes de los siglos XIX y XX, primer ecólogo y ecologista español y benefactor social. Conocido en sus tiempos como un gran defensor de la reforestación. Además, fue un propagandista y difusor del esperanto.

Estudió ingeniería forestal en la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de Madrid en el año 1871.

Estuvo destinado en el Distrito forestal de Murcia. Disfrutando ya del grado de ingeniero primero, fue destinado en 1888 a la Comisión de Repoblación de la Cuenca del Segura. El objetivo prioritario de la Comisión era regular los cursos de los ríos Guadalentín y Sangonera, que en el año 1879 habían causado unas catastróficas inundaciones, y proceder a la repoblación forestal de Sierra Espuña.

Codorniú permaneció largos años en la Comisión, en cuyo seno desarrolló la que se considera su obra más importante, su decisiva participación en la repoblación de Sierra Espuña, trabajo modélico cuya experiencia inspiró más adelante la creación del Servicio Hidrológico-forestal en 1901, generalizado a todo el país. En este año, Ricardo Codorniú quedó al frente de la Comisión de Repoblación de la cuenca del Segura.

En 1909 se hizo cargo de la inspección de Repoblaciones forestales y piscícolas, aunque sin abandonar su trabajo de la repoblación de Sierra Espuña.

Aunque desde el punto de vista técnico la contribución más destacada de Codorniú se encuentra en la labor de restauración hidrológico-forestal, su figura destacó sobre todo como incansable propagandista del árbol y de la repoblación forestal. Bajo su impulso se creó en 1911 la Sociedad Española de los Amigos del Árbol, que generalizó por toda España el celebrar anualmente la Fiesta del Árbol, de contenido pedagógico y dirigido de forma prioritaria al alumnado escolar. En 1915 fundó la revista España Forestal, que reflejaba estas preocupaciones y que tuvo un notable impacto cultural en la época. Contribuyó también a dinamizar la vida profesional del Cuerpo de Ingenieros de Montes de principios del siglo XX, mediante diversas iniciativas que buscaban el intercambio de experiencias y las “Asambleas forestales” en las que se debatían temas y experiencias monográficas de interés profesional relacionadas con las repoblaciones.

Ricardo Codorniú quedó para la Historia con el sobrenombre de APÓSTOL DEL ÁRBOL.

Amigos, les espero la semana que viene y, mientras tanto, cuídense mucho y sobre todo sean muy felices.