Chucho Valdés, el mago de las teclas en el Cartagena Jazz Festival

Cartagena

Cada crónica de esta 41º edición del Cartagena Jazz Festival está repleta de adjetivos grandilocuentes, que podrían parecer exagerados, aunque se trata de una mera descripción del nivel que el ciclo ha alcanzado en este año.

En la presente ocasión, y partiendo de la premisa de que siempre se ha contado con grandes figuras mundiales del género -eso nunca ha faltado- hemos pasado del minimalismo de la pasada edición, donde las bandas aún estaban a medio gas en los últimos estertores de la pandemia, y fueron muchos los artistas que comparecieron acompañados solo por un piano o una guitarra, a la grandiosidad del año en curso. Esta vez se han recuperado las formaciones completas, la grandeza de las bandas con múltiples instrumentos y brillantes músicos.

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Y dentro del ciclo, destacaba la actuación el sábado 12 de noviembre en el Nuevo Teatro Circo de Chucho Valdés, todo un acontecimiento que fue saludado por el publico cartagenero agotando las localidades en cuanto se pusieron a la venta.

Dionisio Jesús Valdés Rodríguez, que así se llama Chucho, nació en la ciudad cubana de Quivicán hace 81 años y es hijo de otra leyenda de la música cubana y latina, el también pianista Bebo Valdés, fallecido en 2013.

Chucho llena el escenario con su carisma, y de sus agilísimos dedos, todo un prodigio para su edad, salen notas mágicas que iluminan la estancia y los corazones de los privilegiados espectadores que pueden acudir a sus shows. Todo un lujo para el festival cartagenero contar con su presencia.

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En su actuación, de casi dos horas de duración, resumió más de 60 años de carrera, en la que muchas de sus composiciones son consideradas clásicos del jazz latino.

Se hace acompañar por una banda de músicos perfectamente compenetrados, un prodigio de sincronización, adaptando los tempos todos a una sin ni siquiera mirarse. Sentirse es suficiente cuando la música es tan visceral y auténtica. Además de Chucho al piano, actuaron Armando Gola al contrabajo y al bajo eléctrico, Roberto Vizcaino Jr. a la percusión latina y Dafnis Prieto a la batería.

Entre su repertorio hubo de todo, dentro del amplísimo universo de la música latina, llevada al terreno del jazz; sones cubanos, como Son 21, tangos como el que escribió en honor a su esposa Lorena, e incluso un tributo a Chick Corea, otro de los pianistas de jazz que visitó en varias ocasiones el festival cartagenero y que se mantuvo en activo hasta su prematuro fallecimiento por cáncer en febrero de 2021.

Chucho Valdés cuenta con 7 premios Grammys de la música y 4 Grammys Latinos y es una leyenda viva, con una extensa carrera, uno de cuyos puntos culminantes fue la fundación de la big band Irakere, además de ser el pianista de grandes orquestas, fundamentalmente en Cuba, su país de origen.

En suma, otra velada más haciendo apostolado de la singularidad del jazz desde este ciclo que cuenta sus actuaciones por éxitos artísticos y de público