Agentes de Guardia Civil y Policía Local revelan que la hija de la mujer asesinada en Águilas les dijo que sospechaba de su padre

Lorca

Los guardias civiles y los policías locales que participaron en la investigación por el asesinato de una vecina de Águilas (Murcia) en el verano de 2020 han revelado este jueves en el juicio que se desarrolla ante un jurado popular en la Audiencia Provincial que la hija les comunicó que desde el primer momento sospechó del padre como autor de la muerte de su madre.

Los agentes han señalado en esta cuarta sesión de la vista oral que la hija, que tenía entonces dieciséis años de ella, les manifestó que estaba convencida de ello por las malas relaciones que existían en el matrimonio.

Los primeros en pasar por la sala de juicios de la Audiencia Provincial de Murcia han sido los seis agentes municipales que acudieron a la vivienda familiar, uno de los cuales ha comentado que al llegar a las inmediaciones salió un niño, que resultó ser hijo del matrimonio, de diez años entonces, que le dijo que su madre estaba muerta.

Otro de los testigos que han declarado en esta nueva sesión del juicio ha sido el capitán de la Guardia Civil que dirigió las investigaciones, quien ha manifestado que el procesado, A.A., les confesó desde el primer momento ser el autor de los hechos, aunque les aseguró que el disparo había sido accidental, ya que solo quería intimidarla porque pensaba que le era infiel.

También ha explicado que lo localizaron escondido en una barca que se encontraba varada en una finca ubicada en Águilas, como les había indicado un amigo de aquel, quien no había conseguido convencerle para que se entregara.

Igualmente, ha señalado que el procesado les indicó que, tras los hechos, escondió la escopeta en el garaje del edificio donde residía la familia, en el que había muchos pisos ocupados, pero que, pese a que buscaron por todos sitios, no la encontraron y que aun hoy sigue sin conocerse qué es lo que hizo realmente con ella.

En la sesión del pasado martes, la hija del matrimonio aseguró que el padre maltrataba psíquica y físicamente a la esposa y madre y que era muy celoso y añadió que fueron ella y su hermano los que, al volver casa tras pasar un día en la playa, descubrieron el cadáver de la madre, que se encontraba tapado con una sábana.

En la primera sesión el procesado, que inicialmente, al ser detenido, afirmó que el disparo fue accidental, cambió de versión y manifestó que sí apretó el gatillo, pero que cuando lo hizo, a unos dos metros de distancia, “estaba ciego” porque la esposa lo había insultado, además de lanzarle una mesa y decirle que debía irse de casa.

Y añadió que con anterioridad nunca había discutido con ella ni la había maltratado, en contra de lo sostenido por su hija y algunos vecinos, para comentar después que también le afectaron profundamente los comentarios que le llegaban y que hablaban de presuntas infidelidades por parte de la fallecida.

Las acusaciones solicitan para A.A., 25 años de prisión por un delito de asesinato y un año por tenencia ilícita de armas; por su parte, el letrado defensor considera que se trató de un homicidio imprudente, con la concurrencia de circunstancias atenuantes, por lo que reclama la absolución o, alternativamente, dos años de cárcel.

El juicio continuará este viernes con una jornada que estará dedicada a la prueba pericial y que constará de la exposición de informes de balística sobre la distancia a la que se pudo producir el disparo, que al acusado dijo que sería de unos dos metros, estando ella sentada y él de pie.

También se expondrá el informe de autopsia y otro psiquiátrico sobre el estado mental del presunto uxoricida, tras lo cual se interrumpirá la vista hasta el 19 de diciembre, en el que las partes expondrán sus conclusiones definitivas e informes.