El Micromentario de Pepe Belmonte: 'Obras, no palabras'

Murcia

Cada vez que llegan estas fechas, me viene a la memoria aquel genial poema de Jaime Gil de Biedma titulado “Píos deseos para empezar el año”. Y recuerdo aquellos hermosos versos en los que el escritor barcelonés habla de los días de sol durante el invierno inhóspito.

Entre esos píos deseos para el año que acabamos de inaugurar, a mí se me ocurren los siguientes:

1º Que la clase política, la de nuestra región y también la del ámbito nacional, deje de hacer el ridículo, y no mire tanto por alcanzar, a costa de lo que fuere, el poder en beneficio propio, sino, antes bien, para el bienestar de la muy cansada y ya harta ciudadanía. Que se dediquen a gobernar con conocimiento, que para eso fueron elegidos y de eso viven y cobran. Que dejen atrás los insultos, los malos modos, las peleas callejeras que convierten el parlamento en un auténtico gallinero.

2º Que se acaben las puñeteras guerras, y en especial la de Ucrania, que tiene en vilo a todo el planeta por sus implicaciones económicas, por el peligro de una terrible guerra nuclear, y que no sirven sino para enriquecer aún más a los que ya son ricos, a los países fabricantes de armas, a los que pescan en río revuelto y se aprovechan del dolor de los demás.

3º Que los precios de la cesta de la compra se moderen y respondan mucho más a la realidad. Que alguien ponga nombre y apellidos, y señale con el dedo, a los que se aprovechan de los más desfavorecidos. Que por fin veamos los rostros de quienes inflan los precios en beneficio propio, y se hacen millonarios a costa de los que se ven abocados a pasar hambre.

4º y último. Que el máximo mandatario de nuestra comunidad, don Fernando López Miras, que es el presidente de todos los murcianos, incluso de los que no le hemos votado, como presidente de todos los españoles es Pedro Sánchez, incluso de los que le llaman golpista, se lea, por fin, el Quijote. Verá que en sus páginas reside la sabiduría de la que carecen esos centenares de palmeros y pelotas que siempre pululan a su alrededor.

Y como anticipo, me permito ofrecerle, por el mismo precio, una de las frases del inmortal Cervantes, extraídas, precisamente, del Quijote: “Dad crédito a las obras, y no a las palabras”.

Que tengan un feliz año.