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Opinión

El micromentario de Pepe Belmonte: 'Querida Raquel'

Columna de opinión del catedrático de Literatura de la UMU para el programa Hoy por hoy Murcia

El micromentario de Pepe Belmonte: 'Querida Raquel'

Murcia

Fue la noticia sentimental de la semana. El pasado miércoles, a los ochenta y dos años de edad -lo que no es mucha edad para una mujer-, murió en Los Ángeles Jo Raquel Tejada, más conocida por el nombre artístico de Raquel Welch. Era hija de un político boliviano y de una mujer estadounidense, e hizo su primera aparición en el cine en 1964, junto con Elvis Presley, en un papel en el que interpretaba a una sensual colegiala.

Después, en los siguientes años, trabajó con reconocidos actores como Frank Sinatra y Marcelo Mastroianni. Pero la película que verdaderamente lanzó a Raquel Welch al estrellato fue la titulada Hace un millón de años, de 1966. Y no tanto por su talento artístico, que nunca le faltó, sino por aquella figura que exhibió ante el público, con un escueto bikini de piel, con esa escultural figura que le había dado Dios, enfrentándose, con no poca valentía, a esos anacrónicos dinosaurios, hechos de cartón-piedra, que aún dominaban la tierra, aunque entre estos bichos y los seres humanos hubiera una diferencia de millones de años. Pero el cine es el cine, y todos nos lo creímos, que es lo importante.

Pepe Belmonte, catedrático de Literatura en la UMU y colaborador de Hoy por hoy Murcia

Pepe Belmonte, catedrático de Literatura en la UMU y colaborador de Hoy por hoy Murcia

Raquel Welch, junto con otros nombres ilustres, como Gina Lollobrigida, que también murió en enero pasado, y la francesa Brigitte Bardot, que aún sigue en pie a sus casi noventa años, fueron para los españoles de los sesenta y los setenta, es decir, en plena represión sexual impuesta por el franquismo y su mayor aliado, como fue la Iglesia, algo más que simples actrices.

Fueron las mujeres con las que soñaron muchos españoles, en una época en la que aún se pecaba de palabra, obra y omisión. Fueron la válvula de escape para unos españoles reprimidos que sólo tenían acceso a las vidas de santos y a los hechos heroicos del pasado, sin derecho a reparar en esas hermosas mujeres tachadas de pecaminosas y lascivas, como si fueran la imagen del propio diablo.

Raquel Welch tuvo una relación extramatrimonial con el actor español Sancho Gracia, es decir, con Curro Jiménez, durante el rodaje de una película en el desierto de Almería. Se cuenta que su marido, Patrick Curtis, pistola en mano, persiguió a Sancho Gracia por el hotel de Aguadulce donde éste se hospedaba, sin que la cosa, al margen de los cuernos, fuera a mayores.

Pepe Belmonte