El micromentario de Pepe Belmonte: 'Un ejercicio democrático que no admite discusión alguna'

Murcia

Al parecer, sólo las bicicletas son para el verano, como el título de la memorable película de Jaime Chávarri, basada en una obra de Fernando Fernán-Gómez.

Porque hay buen número de políticos de la oposición, sobre todo del PP y de Vox, que han puesto el grito en el cielo por el hecho de que un presidente de gobierno de una nación democrática, como es España, haya ejercido su derecho a convocar elecciones anticipadas, amparándose en el artículo 45 de una Ley Orgánica que data de 1985.

Y justifican su propia actitud, tan cicatera y mezquina, tan poco edificante para el conjunto de la ciudadanía, con argumentos verdaderamente banales y estúpidos.

Alegan que el verano es para descansar, para tumbarse a la bartola, para ir a la playa o al monte, para hacer viajes y disfrutar de la vida, sin tener demasiado en cuenta -es obvio que ellos pertenecen a la “clase gozante”, que diría nuestro Miguel Espinosa- que hay quienes, precisamente en esa época, están echando alquitrán en las carreteras, están agachando el lomo en el campo, faenando en la mar, bajo un sol de justicia, o subidos a un maldito andamio a muchos metros de altura.

Pero la verdadera razón de este morrocotudo cabreo es que Sánchez, haciendo uso de sus competencias como presidente, después del descalabro electoral de las municipales y las autonómicas, haya preferido no arriesgarse a un mayor deterioro y se haya lanzado a la piscina, ahora que todavía tiene posibilidades de salvar su confrontación contra un Feijoo, que, mire usted por dónde, ya convocó, en su día, elecciones autonómicas en pleno verano en la Galicia de sus amores.

Justicia, pero no por mi casa, que suelen decir los huertanos en casos como este.

Y hay quien pretende distinguirse aún más y ser el más chulo de la clase, como es el caso del alcalde del PP de un minúsculo pueblo de Salamanca, de tan sólo 110 habitantes, que ya se ha negado públicamente a realizar el sorteo electoral, como le corresponde.

Convocar elecciones anticipadas, sea en invierno o en verano, es un ejercicio democrático que no admite discusión alguna.

Lanzar misiles contra esa decisión, es una odiosa costumbre de aquellos a los que la democracia les sigue siendo algo tan amargo y venenoso como esa cicuta que acabó con la vida de Sócrates.

Pepe Belmonte