Andrés Calamaro, honestidad brutal en La Mar de Músicas
El rockero argentino repaso su extensa carrera ante un auditorio abarrotado
Cartagena
El rock argentino está teniendo un merecido protagonismo en la presente edición de La Mar de Músicas. Si el lunes el turno correspondió a Fito Páez, la noche del martes en el auditorio Paco Martín del Parque Torres estaba reservada a otro astro del abundante firmamento rockero del país latinoamericano.
Andrés Calamaro, uno de los más prolíficos compositores de canciones de las últimas décadas, repasó sus grandes éxitos acompañado por una impresionante banda que sonó impecable, con naturalidad, sin estridencias y, sobre todo, muy encajada. Se trata de grandísimos músicos, de origen argentino en su mayoría, La base rítmica era obra, en gran parte, de uno de los más sobresalientes bateristas de la actualidad, Martín Bruhn, que dio armazón sonoro a un concierto que se inició con “Output-input”, y siguió con “Cuando no estás”, “Sin decir una palabra”, de su época en Los Rodríguez, y “Me arde”.
Calamaro, que durante el concierto reprochó en algunos momentos al público los fogonazos generados por las fotos con los móviles, continuó desgranando un repertorio con piezas de todas sus etapas creativas.
“La parte de adelante” y “Loco” fueron coreadas por un público entusiasmado, para dar paso a una parte central donde, para sorpresa de todos, apareció Niño Josele, una de las más eminentes figuras de la guitarra flamenca, con reconocimiento internacional, para acompañarle en canciones como “Estadio Azteca” y “Para no olvidar”, Vinieron a continuación éxitos que forman parte de la memoria colectiva, como “El salmón”, “Alta suciedad” y “Maradona”.
El fin de fiesta estuvo protagonizado por “Mi enfermedad”, “Dulce condena”, “Sin documentos”, “Flaca”, “Paloma” y “That´s life” ya en los bises.